En este momento Venezuela está sufriendo una transformación de importantes dimensiones en relación a la búsqueda de identidad, de raíces que nos hagan sentir cercanos a los procesos que nutren a la sociedad y la hacen más cercana a los valores.
Donde el sentirse seguro no sea una utopía, el pensar se convierta en un placer, el discernir sobre temas que nos afectan a todos y filosofar sobre ello, permita brindar soluciones creativas a la sociedad como una opción viable.
En nuestro diario transitar por espacios que otrora eran ejemplo de civismo ahora somos víctimas en horas pico de maltrato por parte de los mismos habitantes de nuestra capital, quienes se abren paso para ingresar al vagón golpeando a todo el que se le atraviese, sin importar si son niños o ancianos, donde los valores.
Las estadísticas de muertos los fines de semanas no sean sólo un número sino una pre-ocupación ante los hechos que enlutan familias de diversos estratos sociales, la muerte no distingue edad, sexo, nivel social, lo que la exacerba e impone es el hecho de que se produzca por falta de sensibilidad entre seres humanos y no un proceso devenido de un hecho natural por ciclo de vida.
Tenemos un pulmón vegetal del mundo nuestra selva es patrimonio de la humanidad, cada árbol tiene tantos años que supera tres o cuatro veces la vida de los humanos y nos atrevemos a cegar la vida de este ser para hacer cosas útiles, Los talamos.
La quema indiscriminada de parques nacionales como ocurrió recientemente con el Ávila ahora llamado Warairarepano no sólo acabo con hectáreas de árboles, sino con animales de la zona, esto es irreparable.
Vemos en ocasiones un grupo de detractores de los activistas en pro de la convivencia sana ecológica con todos los habitantes del planeta, que sólo piensan en llevar una vida "cómoda", cumpliendo caprichos, aunque esto implique el acabar con el planeta que nos abriga, con nuestra madre tierra.
Se ve en muchos rostros depresión, desconexión, desatino por falta de fe en su esencia humana y su posibilidad de ser parte del flujo natural del planeta.
Estamos inmersos en violencia de diversos tipos, es importante expresar opciones factibles de convivencia con nuestros compañeros de planeta, somos seres de paso debemos dejar una huella positiva.
Para brindar información impactante que provoque reflexión en el humano debemos abordar los espacios de conocida trayectoria, comunicarnos desde la cotidianidad descontextualizada y dispuesta en el paso del humano automatizado y anestesiado en una rutina de producción para cubrir necesidades.
Gladys Calzadilla
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