ESTÁTICO DINÁMICO de JESÚS SOTO
Isabel Soto hija de Jesús Soto y Curadora. Fotografía Gladys Calzadilla
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Tomas Musset amigo de Jesús Soto y Curador. Fotografía Gladys Calzadilla |
Inaugura el domingo 19 de julio de 2015 a las 11 am
En la Galería de Arte Ascaso en alianza con la Fundación Jesús Soto
Estático – Dinámico Soto
Alterando el orden de los códigos formales y estéticos en las Artes Plásticas
Homenaje al Maestro Jesús Soto
Texto Gladys Calzadilla
Caracas, sábado, 18 de julio de 2015
Detalle de Obra de Jesús Soto "Vibraciones". Fotografía Gladys Calzadilla |
Capacidad de percibir las
relaciones que existen en el espacio en libertad, las cuales son reproducidas a
través de la expresión plástica con un lenguaje único, sensible y lúdico. Asumiendo
el riesgo de crear contradicciones entre lo establecido por el conocimiento e
integrando el tiempo al ritmo del espectador que se incluye en la obra.
Jesús Soto hace de la
ciencia su aliada y de la investigación su vida. Incluye en su obra materiales
industriales y los convierte en soporte de sus ideas, expresadas con maestría.
Vibraciones ópticas
producidas por contradicciones entre los elementos plásticos como el color, el
plano y la línea, que son la base de su composición seriada prestablecida y coherente.
Se suma a la causa de Marcos
Castillo, Henri Matisse, Paul Cézanne y Pablo Picasso, retando el conocimiento
sobre la forma aceptado en la academia. Aborda luego la construcción de su obra
desde la coherencia armónica de los elementos, produciendo métrica y
geométricamente vibración. Al recorrerla integra el tiempo como parte virtual
de su creación, captando al espectador, jugando con su percepción e
incluyéndolo, haciendo que la obra varíe con cada intervención.
Como plantea Heiddeger “la
obra subsiste por sí misma”. La creación de Jesús Rafael Soto se sostiene en el
tiempo con argumentos férreos, documenta en sus registros y razonamientos
aportes valiosos innovadores y contundentes que dejan abierto un camino a la
investigación en las artes, no depende de la subjetividad. Abordaje
disciplinado de una idea que aún desborda posibilidades, las cuales artistas
actuales asimilan y desarrollan.
Como un homenaje al Maestro
Jesús Soto a los 10 años de su partida, la Fundación Jesús Soto en alianza con
la Galería de Arte Ascaso desde el domingo 19 de Julio a las 11 am le permite
disfrutar de la Exposición “Estático - Dinámico Soto”, donde la escultura,
la pintura y la gráfica a través de la serigrafía describen claramente el
proceso de investigación plástica de Jesús Soto y denotan su aporte a las artes
en el ámbito mundial.
Su legado se basa en su
contacto con la naturaleza en su amada Guayana (nacido en Ciudad Bolívar el 5
de junio de 1923), de la que se desprende para continuar su meditación y
convertirla en observación, registro y realización en la Escuela de Bellas
Artes y Artes Aplicadas de Caracas a la que ingresa en 1942 con una beca
estudiando arte puro y docencia egresando en 1947. De 1947 a 1960 ejerce la
Dirección de la Escuela de Bellas Artes de Maracaibo.
En 1949 expone su individual
en el Taller Libre de Arte de Caracas. El 16 de septiembre de 1950 Soto navega
en l'Olimpia y viaja a París. En Francia se integra a los artistas venezolanos
fundadores de la revista "Los Disidentes", fundamentalmente con
Alejandro Otero, Narciso Debourg y Guevara Moreno. y Aimée Battistini, quien lo
lleva mundo de la abstracción. Participa en el "Salon des réalités
nouvelles" (Salón de las nuevas realidades) y entra en contacto con el
galerista Denise René quien impulsa su carrera internacional. En
"Composiciones dinámicas". Procura dinamizar las estructuras
ortogonales de Piet Mondrian obra que visita en la primavera de 1951 en
Holanda.
En 1952 trabaja sus
repeticiones y progresiones, en las que busca conseguir un equivalente plástico
de las prácticas musicales desde la música serial en la dodecafónica.
Trasciende las nociones convencionales de la composición y lo aceptado.
Metamorfosis (1954) es la primera obra en la que logra producir núcleos
luminosos, superponiendo tramas regulares de puntos y cuadros por medio de un
plexiglás transparente. Participa en la exposición "Le mouvement" (el
movimiento), organizada por la galerista francesa Denise René, muestra que
marca el nacimiento histórico del "Cinetismo". Inicia la serie titula
estructuras cinéticas (1956-1957).
En 1957 reemplaza las líneas
pintadas por varillas de metal soldadas entre sí sobre un fondo:
"vibraciones". En 1958 sus “Escrituras” y su primer “Cuadrado
Vibrante” en los jardines del Instituto Venezolano de Investigaciones
Científicas - IVIC y luego en la
Exposición Universal de Bruselas, instalando su "Muro de Bruselas".
En 1960 Obtiene en Venezuela el Premio Nacional de Artes Plásticas. En 1966 Presenta su "Muro Panorámico
Vibrante" en la Bienal de Venecia y en 1967 nacen sus “Penetrables”.
Denise René organiza una doble exposición personal de Soto en sus espacios de
la rivera derecha e izquierda del Sena, en París, aparece su primer Penetrable.
Invitado por Carlos Raúl Villanueva, Soto representa a Venezuela en la
Exposición Internacional de Montreal, con su escultura cinética "Volumen
Suspendido".
1969 marca el momento de su
éxito internacional con la gran exposición retrospectiva del Museo de Arte
Moderno de París. Este mismo año se decreta la creación del Museo de Arte
Moderno Jesús Soto en Ciudad Bolívar el cual se inaugura en 1973.
En 1974 El Solomon R.
Guggenheim de Nueva York organiza una importante exposición retrospectiva de
Soto. En 1975 realiza una de sus primeras grandes intervenciones en la
arquitectura con el Hall de Entrada para las Industrias Renault, en Boulogne
Billancourt, Francia. En 1977 Realiza su gran "Volumen Virtual
Suspendido", del Royal Bank of Canada. En 1983 Realiza dos importantes
obras integradas a la arquitectura: El Volumen Suspendido del Cubo Negro en
Caracas, y el Volumen Suspendido del centro Georges Pompidou en París, Francia.
Inicia la serie de las “Ambivalencias”.
En 1995 recibe el premio Nacional de Escultura en París, Francia.
Desaparece físicamente en su
casa de París, Francia el 14 de enero de 2005.
Exposición Estático - Dinámico Soto
Inauguración: Domingo 19 de julio de 2015
Hora: 11 am
Lugar: Galería de Arte Ascaso, Avenida Orinoco entre
calles Mucuchíes y Monterrey, Urbanización Las Mercedes, Caracas 1060, Venezuela.
Horario de visita: De lunes a viernes de 9:00 am a 1:00
pm y de 2:00 a 6:00 pm. Los sábados y domingos el espacio está abierto de 11:00
am a 3:00 pm.
La entrada es completamente gratuita.
Una minuciosa selección de obras de diversos formatos conducen al espectador a lo más esencial del trabajo de Soto, a los principios fundamentales de su vasta producción, planteando con ella nuevos códigos y lenguajes dentro de las artes visuales a nivel mundial.
Inauguración: Domingo 19 de Julio de 2015
Hora: 11 am
Lugar: Galería de Arte Ascaso, avenida Orinoco, entre Mucuchíes y Monterrey, Las Mercedes.
Texto de María Elena Ramos
Texto de María Elena Ramos
La Galería de Arte Ascaso y la Fundación Jesús Soto inauguran la exposición ESTÁTICO DINÁMICO de JESÚS SOTO. Una minuciosa selección de obras de diversos formatos conducen al espectador a lo más esencial del trabajo de Soto, a los principios fundamentales de su vasta producción, planteando con ella nuevos códigos y lenguajes dentro de las artes visuales a nivel mundial
1 Pensamiento científico, filosofía y arte
La formación del espíritu científico, de Gastón Bachelard, fue uno de los libros de consulta de Jesús Soto en sus tiempos de formación en París.
Bachelard, para quien la ciencia puede
ser “la estética de la inteligencia”, va a señalar en esta obra tres
estados del espíritu científico. El primero es el estado concreto, “en
que el espíritu se recrea con las primeras imágenes del fenómeno y se
apoya sobre una literatura filosófica que glorifica la Naturaleza”.
El segundo es el estado
concreto-abstracto, en que “el espíritu adjunta a la experiencia física
esquemas geométricos y se apoya sobre una filosofía de la simplicidad”. Y
un tercero, el estado abstracto, “en el que el espíritu emprende
informaciones voluntariamente substraídas a la intuición del espacio
real, voluntariamente desligadas de la experiencia inmediata y hasta
polemizando abiertamente con la realidad básica, siempre impura, siempre
informe”.
A estos tres estados, Bachelard hace
corresponder tres modos en la psicología de la paciencia científica.
Así, al primero corresponde un “alma pueril o mundana, animada por la
curiosidad ingenua, llena de asombro” ante la naturaleza.
El segundo conllevaría “un alma
entregada al interés deductivo”. Y, finalmente, para el tercer estado se
requeriría un “alma en trance de abstraer y de quintaesenciar,
conciencia dolorosa, librada a los intereses inductivos siempre
imperfectos, jugando el peligroso juego del pensamiento sin soporte
experimental estable, trastornada a cada instante por las objeciones de
la razón, poniendo incesantemente en duda un derecho particular a la
abstracción ¡pero cuán segura de que la abstracción es un deber, el
deber científico, y la posesión finalmente depurada del pensamiento del
mundo!”.
Estos cortes epistemológicos,
significativos en el avance del espíritu científico, permiten hacer un
paralelismo con un modo artístico que -desde el Renacimiento en
adelante, pero más precisamente desde mediados del siglo XIX con el
advenimiento de la abstracción moderna- pondría atención, explícita o
implícitamente, en los modos científicos de experimentar y conocer.
Estos estudios desde la filosofía de la
ciencia no le fueron ajenos a Jesús Soto. Y podríamos leer aquellos tres
órdenes de Bachelard en algunas ideas del artista y también en la
confrontación con sus obras. Para el Soto que llega en el año 50 a
París, atrás han quedado las flores, los paisajes y otros temas
figurativos que trabajó en los años cuarenta como estudiante y profesor,
y que podrían asimilarse al primer estado –el estado concreto- de
Bachelard, ése en el cual “el espíritu se recrea con las primeras
imágenes del fenómeno”.
El Bachelard del segundo estado, el
concreto-abstracto (en el cual el espíritu adjunta a la experiencia
física esquemas geométricos) parece resonar tanto en la admiración de
Soto por el Cézanne que en el siglo XIX hiciera montañas constructivas
en sus pinturas, estructuradas precisamente a partir de cuerpos
geométricos -el cono, el cilindro, la esfera- como, ya de manera
crítica, en el desacuerdo que tuvo con el tipo de abstracción que
encontró a su llegada a París y que consideró una estilización más que
una verdadera abstracción.
Dice el artista: “…la abstracción ha
sido muy equivocada. Se ha tratado de condicionarla a una especie de
estilización de la figuración. Ese es un error grave. La abstracción es
una realidad en sí”. Vamos viendo así que la verdadera abstracción para
Soto, la más afín con su propia aspiración para la época, se identifica
con el tercer estado del espíritu científico de Bachelard –el estado
abstracto-.
Soto no quería seguir atado a una
tradición de siglos que -más figurativa o más estilizadamente-
continuaba remitiendo a modos de representación naturalista. Dice:
“…entendí que yo no podía avanzar en esa dirección y que así,
efectivamente, el arte abstracto era una puerta cerrada. Pensaba que al
construir mis obras a partir de la triangulación y la geometrización,
tal y como lo hacían Giorgione y los mejores artistas del Renacimiento,
no se estaba pensando profundamente el problema de la estructura sino
extrayendo de ellos sus formas básicas de composición, lo cual era casi
como un plagio. Solo estábamos usurpándole a esos grandes artistas su
poder de invención, cuando lo que debíamos hacer era inventar la
abstracción. Por eso me retiré del amor que tenía por Giorgione y por el
estudio de la triangulación típica del Renacimiento. Tenía que
encontrar otra manera de estructurar la obra, de lo contrario seguiría
atado a una tradición de siglos y al antropocentrismo que rechazaba”.
¿En qué consistía para Soto intentar una abstracción más pura?
2 Soto y el universo físico
Si algunos artistas abstractos en la modernidad incorporaban una espiritualidad de raíz religiosa o metafísica en sus obras (pensemos en creadores como Klee, Kandinsky o, en América, Joaquín Torres-García y la Escuela del Sur, con su universalismo constructivo y su aspiración a una unidad metafísica de la cultura) o si otros fundaban su imaginario en el arte mismo, Soto es de los que ni reconocieron religiosidad ni se concentraron en hacer un arte que se alimentara esencialmente en el arte mismo.
Él puso esas y otras distancias: con lo
exteriormente visible de la naturaleza, con la interioridad del artista,
con la metafísica. Pero sí abrió su obra a la idea de universo físico.
Ciertamente ya otros se habían planteado
este problema, y de hecho los descubrimientos de las ciencias físicas y
sus aportes para la comprensión de la vasta realidad que rodea al
hombre habían sido motivaciones de primer orden para el arte de los
nuevos tiempos, especialmente desde el impresionismo del siglo XIX con
su directo interés en las ciencias naturales y en la física óptica.
El concepto mismo de universalidad se
reitera en el lenguaje científico de los siglos XIX y XX, que influye,
como entorno epocal, el surgimiento y desarrollo de la modernidad
abstracta en el arte.
Hay dos preocupaciones esenciales en
Soto, reiteradas a lo largo de su vida creadora. Por una parte el
universo como un todo: a comprender, a penetrar, a revelar. Por otra
parte -y como su complemento esencial- la materia constitutiva de ese
universo.
De allí sus reiteraciones sobre las
ideas de masa, de luz, de energía. Pero se va a ir dando en nuestro
artista un tránsito permanente, o más bien un vaivén peculiar e intenso,
entre el interés por la física de lo real y las creaciones que él mismo
aportaría –con materia artística- a lo real. Curioso indagador en lo
primero, talentoso inventor en lo segundo.
En el primer caso Soto pone su atención
en aspectos esenciales del universo que lo rodea. En el segundo –el de
los modos artísticos- está empeñado en la construcción de un lenguaje a
partir no ya solo de obras, no ya solo de la propia historia del arte,
sino de aquel vasto y complejo universo físico que las preexiste y las
trasciende. Pues sus creaciones dan fe, y quieren dar visión, de lo que
se encuentra en un universo que es exterior y anterior al arte.
Así, aun no siendo Soto un artista
representativo según lo que, a la manera clásica, se entiende como tal,
vemos sin embargo que trabaja con la imaginación puesta sobre lo real.
Aunque la niegue como referente, como
representable en sus obras, sigue vinculado a esa realidad a través de
una particular pulsión al conocimiento, a través de un querer ver mejor
-más aguda y esencialmente- el universo que lo rodea, asunto que llegará
a ser nuclear dentro de su imaginario. Recordemos aquí el tercer estado
en Bachelard, el estado abstracto, en que el espíritu “emprende
informaciones voluntariamente substraídas a la intuición del espacio
real”.
Según cierta perspectiva, así como
existen elementos de abstracción en una buena obra de arte figurativa,
también existen nexos de las obras abstractas -incluso de las
consideradas más “puras”- con lo que está fuera de ellas.
Arthur Danto es enfático en su idea de
que el arte es siempre “acerca de” algo. Y para hacer esto más
comprensible utiliza incluso ejemplos de obras abstractas extremas, en
las que sería más esperable la ausencia de referencia de realidad.
Así, sobre la pintura considerada
“no-objetiva” dice: “Las pinturas presentan una realidad, aunque sea una
realidad interior, o, si se trata de una realidad exterior, se trata de
una realidad que tiene la misma identidad espiritual que una realidad
interior. (…) Malevich se habría sorprendido si le hubieran dicho que su
Cuadrado negro no era una pintura sobre algo. La pintura blanca de
Robert Rauschenberg era acerca de las sombras y los cambios de luz que
transitoriamente se registran en sus superficies y, en este sentido, es
una pintura sobre el mundo real”.
Soto no da la espalda a la realidad sino
que, haciendo un giro, pasa a ahondar en ella más radicalmente. Y esto
lo hace con el lenguaje que le es propio: afinando los recursos y
saberes de la visualidad artística. Vale aquí citar a Mondrian, figura
capital del constructivismo y de la modernidad abstracta y uno de los
maestros cuya influencia reconoce Soto.
Dice Mondrian: “El arte no es la
expresión de la apariencia de la realidad como la vemos, ni de la vida
que vivimos, sino (...) expresión de la verdadera realidad”. En su
querer ver mejor, en su agudización de la mirada que se enfrenta al
mundo, Soto se afilia a un modo que llamaremos “penetrante” de mirar. No
le es suficiente ya la mirada de sobrevuelo abarcadora de totalidades,
no le es adecuada la mirada cercana que se detiene sobre la superficie
exteriormente visible de las cosas.
Así, Soto no actúa como el artista
realista, ni como en nuestro mirar cotidiano cuando observamos un lugar o
un objeto en directo, como en intentio recta (aquella intentio prima de
la ontología clásica que requería alguna forma de duplicación o reflejo
en las semejanzas con la realidad visible). Pues aun siendo, como
quería Danto, “acerca de algo”, en la creación de Soto no se trata de
una intentio recta sino oblicua, y esto doblemente: en tanto no mira lo
superficialmente perceptible sino otros aspectos en que lo real sigue
siendo real incluso cuando no sea directamente visible –es el caso, por
ejemplo, de su insistente interés por el tema de la energía-.
Sin utilizarlos, Soto es afín al mundo
del microscopio y del telescopio, que permiten al ser humano ampliar o
acercar lo que no es captable a simple vista. Su intentio es entonces
oblicua y segunda en tanto mira lo real a través del espejo del
lenguaje, un lenguaje creado tanto para interpretar a su libre manera
aquel universo real como para inventar a la vez órdenes e ideas nuevos y
distintos.
Así, no solo planos vibrantes,
esculturas o ambientaciones: las obras de Soto aparecen también como
señales –pulsando de conceptos, latiendo por ellos-, señales de la
compleja existencia de nuestro mundo: físico, perceptual, cósmico. Son
las creaciones de un artista plenamente consciente de los dos universos:
el amplísimo que lo rodea y lo trasciende, que no puede ser captado en
su totalidad (y muchas veces tampoco siquiera en su densidad visual
inmediata), y el universo particularísimo del arte, con sus ineludibles
mandatos de vocabulario, concreción y presencialidad.
Hay aquí, así, un universo amplio que
estimula a la producción artística, que parcialmente hace ser a la obra.
Y hay una obra plástica que se ha crecido, capaz de hacer sentir
–aunque sea también parcialmente- a aquel universo amplio. Dicho más
brevemente: el amplio universo estimula el ser de estas obras; y luego
las obras hacen ver algo de aquel universo.
Pero estas dos instancias –universo
físico y obra- que parecen remitir una a la otra, si bien son capitales
en la producción del artista, no son todavía suficientes para dar razón
de ella. Pues lo imprescindible en el arte es que el creador sea, sobre
todo, dueño de su propio espacio: que sepa tanto hacer ser una obra
nueva como hacer ver la especificidad lingüística y la pertenencia más
legítima de esa forma al campo de los seres creados, realizada
precisamente a través del acto intransferible de la creación.
Una creación compleja, esta de Soto,
determinada tanto por la intuición como por la razón, rica en
racionalidad pero también en poesía.
Vemos entonces que esta obra tan
moderna, tan deudora de las vanguardias de mediados del siglo XIX como
el impresionismo y el postimpresionismo cezanneano, tan comprensiva de
las vanguardias de las primeras décadas del siglo XX, tan vigente
incluso para aspectos de la vida y del arte de estos inicios del siglo
XXI -y así tan contemporánea aun- es al mismo tiempo muy afín a algunos
problemas y preguntas de enorme antigüedad y de indudable permanencia a
lo largo de los siglos: los modos de conformación del universo, los
procesos de su evolución, la composición de la materia natural, la
consistencia del espacio real -a la vez pleno y fluido-, o el complejo
tema de la incertidumbre, muy antiguo pero abordado con especificidad
por las ciencias modernas.
Tales problemas universales -arcaicos y
modernos, permanentes, vigentes- se nos hacen de algún modo presentes en
la obra de Soto porque son propuestos a nuestra percepción de
contempladores, que llegamos a intuirlos, a sentirlos (no a
comprenderlos a través de algún análisis científico) por aproximaciones
que el artista estimula poderosamente en el espectador a través de
analogías y metáforas de naturaleza esencialmente libre.
Podemos preguntarnos, por ejemplo, cuál
es el ser que acontece en la serie de obras llamadas Tes, de Soto. Uno
de los modos de manifestarse de estas obras es la apariencia de
incertidumbre. Esto tendría dos aspectos: la incertidumbre como
experiencia humana general, dable en cualquier circunstancia (y
acentuada como conciencia en nuestro tiempo) y así como un sustrato
permanente, un universal en la vida humana acerca de lo cual esta obra
nos sugiere algo.
Y, por otra parte, la incertidumbre
entendida como un principio científico más específico, con el cual esta
obra de Soto parece tener ciertas afinidades, captables por la
percepción.
3 Algunas analogías y metáforas visuales entre universo y arte
El buen arte tiene la capacidad de transfigurar lo que está en el universo, pero también la de interpretarlo y esclarecerlo, de hacerlo ver y conocer mejor, de más propiamente iluminarlo.
Para acercarnos mejor al arte abstracto
en general, y a este de Soto en particular, la idea de analogía nos
servirá de apoyo. Dice José Ferrater Mora: “El razonamiento por analogía
va de lo particular a lo particular, y no posee nunca, desde el punto
de vista lógico-formal, una fuerza probatoria concluyente, sino
únicamente verosímil o probable”.
Si este comentario –digamos liberador-
de Ferrater está dirigido a explicar el concepto de analogía dentro del
lenguaje filosófico, su liberalidad será aún más válida para el
–connaturalmente más autónomo- ámbito artístico.
Entre el universo físico que Soto quiere
comprender y el universo artístico que va creando se tejen relaciones
analógicas a la vez fuertes y libres en torno a los temas del espacio,
el espacio-tiempo, la energía, la elasticidad.
Es importante señalar la maestría de
este artista para aludir a lo no-visible a través de lo visible; o la de
hacer de lo lábil, lo frágil e inestable, una de las fuerzas más
estables y presenciales; o la capacidad de referir, metafóricamente, al
cambio dinámico en el universo y lo que podríamos llamar, ya en su
trayectoria artística, una casi estable inestabilidad (pues lo inestable
se fue constituyendo como una estructura esencial de su lenguaje).
Sobre el tema de la luz, nuclear en el
imaginario de Soto y uno de los asuntos más definitorios en sus
realizaciones, un tejido de metáforas visuales se mueve: entre luz del
universo físico, luz que constituye a la obra y luz que irradia en
algunas obras específicas.
En obras como las Tes, como las
Vibraciones, Escrituras, Cuadrados y otras obras virtuales (en esta
muestra vemos su Virtual Cobalto, o Virtual Oliva por ejemplo) un ámbito
amplio de referencias o relaciones puede ser convocado, desde aquel
tema del principio de incertidumbre de Heisenberg, de las ciencias
físicas modernas, hasta, remontándonos a la antigüedad, Demócrito y el
atomismo griego.
Sería posible incluso hacer aquí
analogías con aquel centelleo precario con el que Foucault se refería al
saber, a las dudosas seguridades de la historia. O con el Heidegger que
estudia la alternabilidad entre lo luminoso y lo oscuro en el
conocimiento: entre el brillo sucesivo o anterior a la esencial
fragilidad de la captación intelectual, que es instantánea, como aquel
rayo de Heráclito que acompañó, desde que fuera enunciado, a toda la
historia de la cultura. Pues está, en la naturaleza misma del saber, la
conciencia de su propia fugacidad, su incompletud, su fragmentareidad
constitutiva: el saber no es permanente, y puede llegar como un
destello.
Dice Gadamer: “Lo presente se hace
presente en el rayo. En un instante todo se vuelve claro como la luz del
día, para en el instante siguiente volver a la tiniebla total”. Y es
que el rayo que cae del cielo confiere presencia: de golpe, y por un
instante... como a todos nos ha sucedido alguna vez con el alumbramiento
de una verdad.
Importante por abarcador e integrador es
en Soto el tema mismo de “las relaciones” y sobre todo de su
preeminencia frente al concepto de “elementos aislados”, un asunto que
da tejido a diversos enlaces analógicos entre universo y obra. Veamos
estos dos comentarios del artista:
“No es fácil precisar en palabras en qué
consisten las relaciones de que le hablo, aunque para mí sean lo más
real de todo lo existente. El espacio, la energía, el tiempo y el
movimiento son entidades universales de las cuales somos tributarios y
la noción de relación está determinada por el comportamiento de estas
entidades inseparables. Una relación es una fuerza, un comportamiento
universal, una especie de infinita elasticidad que le da origen a todas
las cosas transformables…”.
Y dice: “Había que buscar un lenguaje,
unos medios que no fueran exactamente los que había utilizado el hombre,
especialmente desde el Renacimiento hasta nuestros días. Para ellos era
la tridimensionalidad, la utilización del elemento trucado de la
perspectiva, que fue una invención maravillosa, sin duda, pero que
trataba de hablar de un espacio vacío donde había elementos. Había una
preocupación mayor por los elementos y no por las relaciones. Desde muy
joven, desde que llegué a París y todo esto empezó a interesarme, mi
idea ha sido la de invertir esos valores, la de preocuparme de las
relaciones y no de los elementos. Al yo tomar esa posición, los
elementos son como signos: puede ser aquel hilo de nylon, que es tal vez
lo más transparente, lo más cercano a una idea de abstracción en el
espacio, algo que hace que la luz pase.
Con el recurso de la analogía y la
metáfora visual Soto logra constituir obra y hacer además eficaz
comunicación artística, pero hay que señalar esto al mismo tiempo que
afirmamos que esa obra no es solo un objeto que transmite algo ajeno a
su propio ser. Ella no es solo un ser para hacer sentir un universo que
la trasciende, ni solo un tejido donde yacen aquellos enlaces analógicos
entre un arte creado y un universo físico dado.
La obra no es solo (como Danto quería)
“acerca de algo”, pues no debemos olvidar que ella es, también, acerca
de sí misma. Decir por ejemplo que en una imagen la luz revela algo no
visible, algo más allá de sí misma, sería válido pero insuficiente. Hay
que señalar además que, en las obras maestras, la luz revela a la luz
misma. Y que la luz revela a la luz del arte. Y esto toma cuerpo, a
veces magistralmente, en esa luz convertida en elemento plástico capaz
de adquirir espacio protagónico como sucede, en tiempos y modos tan
diversos, en Vermeer, Rembrandt, Monet, Malevich, Moholy-Nagy, Albers,
Soto, Turrell, Eliasson, De María, entre otros.
Pero, más aun, algunas obras pueden
llegar a hacer ver algo relevante también acerca del arte más en
general. Así, ya no solo acerca de la abierta realidad externa o acerca
del cerrado espacio sicológico del creador. Si los teóricos pueden hacer
ver aspectos relevantes del arte en sentido amplio, también lo hacen
los artistas, pero no ya con lenguaje discursivo sino con el mismo
lenguaje plástico de sus obras –palpitantes de analogías, como en el
caso que nos ocupa-.
Así, además de hacer ver las obras
aisladas, en ocasiones estelares los artistas pueden revelar aspectos
esenciales del arte todo, pues las grandes obras llegan a ser también un
arte acerca del arte.
En este sentido cabe recordar el
Heidegger que señalaba a Hölderlin como el poeta de lo poético, y esto
porque “poematiza la esencia misma de la poesía”.
En el caso de Soto, y para mencionar solo dos aspectos significativos, podríamos decir que su obra hace ver, a través de producciones alígeras y como en proceso de desmaterialización, la consustancial fragilidad del arte todo. Pero también ha creado, a partir de esas formas de apariencia ingrávida, una nueva y positiva constitución de lo espacial. Y es que el arte existe a la vez como sutileza y como fuerza; como zona de fragilidad pero también de resistencia.
En el caso de Soto, y para mencionar solo dos aspectos significativos, podríamos decir que su obra hace ver, a través de producciones alígeras y como en proceso de desmaterialización, la consustancial fragilidad del arte todo. Pero también ha creado, a partir de esas formas de apariencia ingrávida, una nueva y positiva constitución de lo espacial. Y es que el arte existe a la vez como sutileza y como fuerza; como zona de fragilidad pero también de resistencia.
Por otra parte, a través del aparecer y
el desparecer coexistiendo intermitentes en algunas de sus piezas
esenciales podemos notar la capacidad que tienen algunas obras
singulares para hacer visibles distintas polaridades coexistiendo en un
mismo espacio estético, como se da aquí, por ejemplo, con el par
claridad/ocultación (Heidegger diría patencia/ocultación).
Luminosos y oscuros podrán tocarse en la
gran poesía, en el gran arte, los extremos: origen y destino, lo más
racional y lo más libre, lucidez y sensorialidad, presencia y ausencia,
lo visible y lo no visible. Son polos que se concilian en el acto del
poeta, del artista, y que aparecen estrechamente interrelacionados en
las obras realmente logradas.
4 “Tierra y Mundo” en la obra de Soto
Hablemos de las Tes (Tes Blancas, Tes Negras, o la pieza Tes blancas y amarillas en esta exposición). Junto a una Tes de Soto, la ficha suele señalar componentes físicos como madera, pintura acrílica, metal. Diremos aquí que estos tres elementos son la tierra básica de la obra, materia esencial y primaria sin la cual no puede existir todo lo que luego va a ir llegando a tener lugar.
Pero otros elementos, más complejos y
sutiles, forman parte también de esa tierra. Como espectadores frente a
una Tes, lo primero que nos llega a la percepción es una vibración sutil
y generalizada. Si nos demoramos frente a la obra, y nos movemos muy
levemente, comienza a suceder algo esencial para el hacerse obra de esta
obra: la aparición y la desaparición alternada de las líneas –esas
pequeñas t de metal recubiertas de pigmento-.
Pero como no se trata de una sola línea
de metal sino de muchas, colocadas sobre el soporte previamente tramado,
aquella alternancia entre aparecer y desaparecer se multiplica
irregular e indefinidamente y entonces son muchas las formas lineales
que aparecen al mismo instante en que otras desaparecen, generando
simultáneamente salientes y brechas ante nuestra mirada. Y toda esa
apariencia de irregularidad existe para lo visible aunque los elementos
constituyentes hayan sido construidos con elementos muy físicos y desde
una muy razonada estructuración (líneas pintadas, metales superpuestos).
Tanto los elementos más tangibles
actuando en la obra, como también la capacidad del artista de extraer de
ellos diversas potencialidades y resonancias, van a constituir el
concepto heideggeriano de tierra en su análisis del origen de las obras
de arte.
Así, más allá de aquellos elementos
básicos –madera, pintura acrílica, metal- la tierra va a ir también
mostrando otras densidades, otro espesor, otra reverberación, algo que
podríamos llamar, con Heidegger, una profundidad de la materia, pues
ésta a la vez se oculta y resiste, se niega y se da. Podemos decir
entonces que Soto agregó, a los materiales iniciales, resonancias
nuevas, surgidas del modo peculiar en que él experimenta y compone, es
decir, pone juntas unas partes con las otras, estableciendo distancias y
diferencias entre una y otra línea y propiciando así ciertas
percepciones en el espectador.
Podríamos decir entonces que si
acrílico, madera y metal son lo más físico y evidente de la tierra en la
obra Tes, los elementos más profundos de esa tierra –y que Soto extrae
magistralmente de ellos- son: el movimiento, el cambio, la sucesión, la
aparición alternada con la desaparición, la luz coexistiendo con la
sombra, la vibración –situaciones que logra por la composición de los
elementos y por el inducido movimiento del espectador, algo que va a ser
capital en este lenguaje-.
Así, si el artista utiliza las
características corpóreas -el brillo del metal, la transparencia del
plexiglás, el color de los pigmentos-, extrae de ellas sus posibilidades
más incorpóreas. Y creemos que, de modo más general frente a la
trayectoria de Soto, es precisamente esa fuerza desmaterializadora su
mayor maestría.
Por ejemplo en relación a la luz,
elemento nuclear en Soto, si él se inserta en la tradición de la luz que
constituye, también lo hace en la -más moderna y ruptural- tradición de
la luz que lleva al ocultamiento y al desaparecer. Su obra es, más aun,
tanto deudora como creadora en ambos modos del arte. Este artista
produce entonces dos movimientos en la luz: la construcción de la forma,
pero también el juego a su disolución.
Cito a continuación un fragmento del diálogo que sostuvimos en 1988:
“MER- Hablemos de la luz. Si en la pintura y en la escultura, durante siglos, la luz se localizaba: adelante, por toques, para marcar los salientes volúmenes, atrás como fondo-cielo, la modernidad en cambio extiende la luz a toda la imagen y, por otra parte, la concentra como superficie bidimensional.
“MER- Hablemos de la luz. Si en la pintura y en la escultura, durante siglos, la luz se localizaba: adelante, por toques, para marcar los salientes volúmenes, atrás como fondo-cielo, la modernidad en cambio extiende la luz a toda la imagen y, por otra parte, la concentra como superficie bidimensional.
En sus obras Tes blancas, siento que la
luz entra como por brechas, por aberturas finísimas, por líneas
ambiguas, aberturas que se van convirtiendo en la obra misma. La luz no
es para poner énfasis en el volumen, sino para la ruptura de todo
volumen. Malevich está (pero vibrante) en las Tes blancas.
JS- La interpretación sobre las Tes es
muy acertada. Es posiblemente en esas obras donde mi pasión por la
desmaterialización encuentra ejemplos más certeros. Cuando vemos un
cuadro de Tes blancas (o de cualquier otro color), siempre habrá un
trozo del cuadro que desaparece ante nuestros movimientos. Por otra
parte, ningún otro observador, por más cerca que se encuentre de usted,
observará el mismo fenómeno en el mismo sitio. ¡Cuántas veces no he
llegado a mi taller y he creído por un momento que faltan tes en alguna
parte! Un científico en una oportunidad asoció este hecho con el
principio de incertidumbre. Estas son intuiciones que los artistas
tenemos. En nuestro caso toda la investigación es a través del arte. Las
Tes blancas, además de evidenciar ese problema luminoso que usted
señala, evidencian también la imposibilidad de atrapar simultáneamente
la totalidad de la obra”.
Se trata de un proceso afín a la idea de
ocultamiento patentizador, en Heidegger. Un aparente oxímoron, por
cierto, que el arte de Soto realiza espléndidamente en sus Tes, con un
ocultar que a la vez hace ver. Frente a la pregunta, más filosófica, por
el ser que se revela en una obra, podríamos responder que el ser de
estas obras es el aparecer y el desaparecer mismos. O, más preciso aún,
es el permanente e indetenible aparecer-desapareciendo y
desaparecer-apareciendo.
La obra de Soto integra los rigores de
un lenguaje formalizador con distintos modos de fragilización; conjuga
el rigor constructivo, la estructura, con la apertura de las formas, la
fluidez, la reverberación; reúne los rigores lineales de la geometría
con la dinámica fenomenológica de los cuerpos humanos transitando dentro
de sus Penetrables.
Si bien Soto nunca logró alcanzar la
idea pura que estaba en sus aspiraciones más caras, tal obsesión
conceptual por la desaparición del objeto fue enriqueciendo sus
invenciones –sensorialmente, y no solo conceptualmente-, a la vez que
fue dando dimensión y profundidad a sus investigaciones.
Y si la idea pura no se alcanzó en tanto
la deseada desaparición del objeto, sí se logró que este deseo
encarnara en formas visuales leves, plenas como hemos visto de analogías
y metáforas con lo inmaterial. Integrando además el cambio dinámico,
Soto produce lo que hemos llamado en otro momento una casi estable
inestabilidad.
Así, abstracta, conceptual, esta obra
-material y a la vez desmaterializada- se muestra en el “esplendor de lo
sensible” (como quería el pensamiento antiguo sobre el ser mismo del
arte).
Hay que decir que una obra que
trascienda, además de revelar la profundidad de la materia (en tanto esa
tierra a la manera heideggeriana que hemos visto antes) hace aún más:
recibe mundo, ofrece mundo, tiene y mantiene mundo. Dice el filósofo:
“El establecimiento de un mundo y la hechura de la tierra son dos rasgos
esenciales en el ser-obra de la obra”. En ese mundo están las
relaciones de la obra de Soto con lo que la antecede, le coexiste, la
trasciende: con el universo físico que mueve su interés como indagador
sensible -y así con las ciencias físicas y naturales-, o con la
filosofía de la ciencia que toma distancia de aquel universo y lo
piensa-.
También la historia del arte forma
parte, y privilegiadamente, de ese mundo que le llega al artista. Así,
está aquí también el artista-heredero, el que recibe del arte que le es
previo, tanto en su siglo como en siglos anteriores, pues Soto puso
atención a las pinturas rupestres de Altamira, a las estructuras
internas de las pinturas del Renacimiento, a Giorgone, a la luz de los
pintores holandeses, a los aportes de Cézanne, Mondrian, Malevich.
Vale recordar que Soto se consideraba a
sí mismo un eslabón de la cadena. Quería indagar el estado al que el
arte había llegado en su tiempo, pero quería sobre todo hacerlo avanzar
hacia futuro. Así, en tanto eslabón, este heredero también da a heredar,
pues el verdadero artista tanto recibe como da mundo. Dice Heidegger:
“al ser obra de la obra pertenece el establecimiento de un mundo”.
Aquel mundo de la cultura visual que le
viene del arte y de su historia es –para decirlo en términos de
Ferdinand de Saussure- la “lengua” heredada, que luego va el artista a
reunir con su “habla” personal para producir la novedad de su propio
“lenguaje”, como mundo nuevo. Y si en cualquier buen artista todo lo
anterior tiene pertinencia, más aun en alguien que ha sido, como Soto,
uno de los fundadores de un movimiento esencial de las vanguardias del
siglo XX, el cinetismo.
Mundo implica entonces lo que llega a
esta obra como conocimiento general, como conocimiento especializado,
como adquisición de saberes extra-artísticos (en el caso de Soto las
ciencias, la matemática, la filosofía, la música, lo que le llega por
las afinidades electivas del artista); por el entorno que lo rodea y lo
ha rodeado: los avances tecnológicos de la modernidad, los espacios
naturales de su infancia en Guayana, las dinámicas urbanas de su vida
adulta, pues naturaleza y urbe han tenido especial peso en el imaginario
general del artista. Pero mundo es también lo que la obra propone hacia
futuro.
Complejas redes de sentido surgen
entonces de las grandes creaciones. O habría tal vez que decirlo a la
inversa: las obras llegan a ser grandes mientras más inagotable se nos
aparece la red de sentido que las envuelve, y sobre todo la red de
sentido que emana de la propia novedad de su existencia. Pero esto es
así -y hay que agregarlo en defensa de la naturaleza más general del
arte- solo cuando se entretejen hondamente ese mundo (tanto el que viene
desde afuera de la obra como el que ella misma crea y deja abierto) y
aquella tierra como fundamento material que ha dado base, que resiste, y
que –gracias a la peculiaridad de un talento creador- hace a la obra
existir de manera única. Es el caso de Jesús Soto: su obra revela
profundidades del arte aun manteniendo los enigmas.
María Elena Ramos
Mayo-Junio 2015
Mayo-Junio 2015
Caracas Si Tiene Quien La Dibuje
Muestra Colectiva de Urban Scketchers
En el Ateneo de Caracas.
Inauguración Domingo 19 de Julio de 2015, 11 am
Inauguración de tres exposiciones en la Sala Mendoza
Domingo 19 de julio de 2015 a las 11:00 am.
Sala principal: Primera exposición individual de los tres artistas ganadores de la pasada edición del Salón Banesco Luis Mata nos presenta la muestra titulada Senza Titolo, Miguel Braceli, Coreografía de la fuerza, y Sol Calero, Caracas 2015. Ganadores del Salón Banesco Jóvenes con FIA #17"
En la Librería: Se exhibirá una serie de platos de cerámica y lienzos de Adrián Pujol en una muestra que lleva por nombre Las alquimias del paisaje.
En el Centro Documental: Se mostrará una selección de material sobre el performance como parte de la programación de la Bienal Internacional de Performance de Caracas BIPCA.
Sala Mendoza
De la Tradición al Culto Contemporáneo
Exposición Individual de la artista Niurka Canelon
Sàbado 18 de Julio de 2015, a las 3 pm.
Museo De Arte Afroamericano, San Bernardino, Caracas.
NIURKA CANELÓN
DE LA TRADICIÓN AL CULTO CONTEMPORÁNEO
El Museo de Arte Afroamericano abre sus
puertas con regocijo a la artista plástica Niurka Canelón, cuyo extraordinario
trabajo artístico hemos descubierto y seguido con gran interés a la hora de valorar
y promocionar los nuevos talentos nacionales dentro de las actividades
expositivas del museo.
En esta muestra Niurka nos presenta una serie
de piezas que surgen de la inteligencia, creatividad y una
excelente factura que establecen relaciones iconográficas y emotivas con los
difuntos desde un imaginario social, urbano y popular, los cuales se
interrelacionan entre sí de acuerdo a categorizaciones tradicionales que de una
forma u otra forma se vinculan con rituales ancestrales, en el caso de Canelón,
con los altares, relicarios y escapularios de culto y devoción.
Al observar las piezas en su totalidad se
percibe ese sincretismo muy propio del Caribe que nos caracteriza, asumido por
la artista desde procesos socioculturales que entremezclan lo antiguo con lo
actual, proponiendo un Culto a los Muertos desde una postura mágico – religiosa
llena de cotidianidad y elementos simbólicos trascendentes. En este intercambio
se estrechan lazos entre el más acá con el más allá pero con un objetivo liberador,
y en el cual podemos vislumbrar los cultos a los difuntos que se han
desarrollado en Mesoamérica, el Oriente Medio, África y el Lejano Oriente.
En tal sentido, en América Latina
encontramos otros artistas que han recurrido a lo mágico – religioso para
expresarse, es el caso de los cubanos José Bedia y Ana Mendieta. También Charo
Oquet de la República Dominicana, Eduard Duval Carrie de Haití; y en Venezuela
las destacadas obras religiosas de Luis Alberto Hernández, Mario Abreu, Marta
Cabrujas, Javier Level y Miguel Von Dangel, así como de artistas de nueva
generación que tienen una excelente y prolífica formación práctica y conceptual
a la altura de cualquier otro maestro de la plástica venezolana y extranjera,
como es el caso de Hendrik Hidalgo, el cual ha manejado lo sagrado y el
sincretismo desde diversos medios creativos y la investigación teórica. Estas
referencias resultan fundamentales para ubicar la obra de Niurka Canelón en el
contexto plástico nacional e internacional. En su labor, como ella misma lo
dice, está presente la idea primordial de ritualizar el acto de morir y
consagrar al difunto desde su carácter simbólico celestial y terrenal, de allí
que se remite a personajes como Ismael Rivera, Celia Cruz y Pedro Infante para
con ello despertar en el espectador sentimientos de aceptación que nacen de
conexiones sensibles y sagradas, pues sus altares transforman el momento de la
muerte en una fiesta para homenajear a los antepasados y su legado cultural
latinoamericano.
Nelson
Sánchez- Chapellín
Director del Museo de Arte
Afroamericano
Caracas, junio 2015
"Un Zoco en el Secadero Uno" inaugura este próximo domingo 19 de Julio a las 11 am
Quincalla
Zoco en la primera de una serie de iniciativas para mostrar el universo
de diseño representado y producido por María Fernanda Maragall y Maria
Adelina Vera.
Cada fin de semana convocaremos a actividades producidas en conjunto, desde proyecciones hasta mercadillos, mucha energía involucrada.
Cada fin de semana convocaremos a actividades producidas en conjunto, desde proyecciones hasta mercadillos, mucha energía involucrada.
Muestra Colectiva Temario Pictórico
Universidad Central de Venezuela
Asociación Venezolana de Artistas Plásticos - Avap Caracas
En el Hall Bibilioteca Central
La Biblioteca Central de la Universidad
Central de Venezuela - UCV Y la Asociación Venezolana de Artistas
Plásticos - Avap Caracas, fusionaron esfuerzos para consolidar en el
espacio expositivo del Hall de dicha biblioteca la colectiva "TEMARIO
PICTORICO" para el disfrute de toda la comunidad universitaria y por el
próximo día del Bibliotecólogo el 27 de julio de 2015 con relación a
esta fecha citamos: El Viernes 23 de julio de 1982 apareció publicado en
la Gaceta Oficial de la República de Venezuela N° 32.522, el Decreto
Presidencial N° 1.564, mediante el cual se declara el día 27 de julio de
cada año “Día Nacional del Bibliotecólogo y del Archivólogo”. Fuente http:// www.infotecarios.com/ dia-del-bibliotecologo-en-v enezuela-una-historia-por- contar/
Los artistas participantes en este evento son: Dianora Pérez, Gladys Calzadilla, Antonio Nuez, Lucia Ciarcia, Jesús Tarkim Briceño, Amarillo Piña, Frediz Ramírez, Bernardo González, Edwin Díaz, Israel Rojas Sánchez, Mónica Aquezolo y Nancy Urosa.
La muestra estará en el Hall de la Biblioteca Central hasta el 31 de julio de 2015.
Los artistas participantes en este evento son: Dianora Pérez, Gladys Calzadilla, Antonio Nuez, Lucia Ciarcia, Jesús Tarkim Briceño, Amarillo Piña, Frediz Ramírez, Bernardo González, Edwin Díaz, Israel Rojas Sánchez, Mónica Aquezolo y Nancy Urosa.
La muestra estará en el Hall de la Biblioteca Central hasta el 31 de julio de 2015.
Individual del Maestro Antonio Nuez
La Abstracción de la Natura
Premio AVAP "Armando Reverón 2015
Curaduría Gladys Calzadilla
El maestro
Antonio Nuez llega a Venezuela en 1955 y queda atrapado por el paisaje venezolano. Su taller se encuentra
reducido por la cantidad de cuadros que muestran diversas etapas en las que su
obra logró crecimiento a lo largo de su vida artística. Son 51 años de trabajo
ininterrumpido.
Maestría entre trazos
matéricos, limpios, puros, vigorosos, donde el óleo devela el colorido que el
sol descubre ante sus ojos. Su paleta está conformada por la calidez de los naranjas,
verdes y amarillos creando paisajes diversos.
Acota el maestro Antonio Nuez: “Cuando
entré al mundo de la pintura, rescaté mi identidad, porque no me sentía
identificado con nada de lo que hacía. Las primeras acciones por pintar, más
que para transmitir un mensaje, fueron para demostrarme que podía ser pintor.”
Acota el maestro Antonio Nuez: “Cuando entré al mundo de la pintura, rescaté mi identidad, porque no me sentía identificado con nada de lo que hacía. Las primeras acciones por pintar, más que para transmitir un mensaje, fueron para demostrarme que podía ser pintor.”
Obra del Maestro Antonio Nuez
Logra destreza en la pincelada, el uso del color, la textura y la forma, por su capacidad para observar el paisaje y representarlo lo más cercano posible a la realidad por el captada. Esa fue su investigación desde 1963 hasta 1984 cuando decide fusionar el paisaje y la abstracción.
Como plantea el maestro Victor Hugo
Irazabal en su libro de viaje Amazonia Apuntes de la Inmensidad”…No se
trata de copiar un trozo de la realidad natural al estilo de los artistas
románticos, sino de conectarnos con el sistema armónico de resonancias del
medio que nos rodea, descubrir las cualidades psíquicas, los rasgos esenciales,
la conmoción infinita, la profundidad misteriosa e insondable del escenario
natural y del hombre que lo habita.”
El abstraer momentos
efímeros y traducirlos a códigos personales generando un lenguaje durante 51
años, pasando por diversas etapas donde descubre su conexión con la naturaleza
que habita la ciudad.
La curadora Gladys Calzadilla opina: "La
obra representa la impronta del paisaje que subsiste en la memoria del artífice.
La composición está enfocada en la iluminación, develando colores que involucran
al espectador con atmósferas de profusa calidez".
Antonio Nuez nace en las
Islas Canarias, España, en 1937. En su infancia todo el dinero que conseguía
era para comprarse colores; en su adolescencia siente atracción por las artes,
pero se dedica de lleno al oficio desde sus 38 años. Su vida íntimamente unida
a la pintura transcurre en la parroquia La Pastora, del Municipio Libertador en
Caracas, Venezuela; donde a sus 78 años de edad sigue trabajando su obra diariamente.
Reconocimientos:
en 1997 alcanza el primer lugar en el Instituto de Artes y Estudios de las
Fuerzas Armadas, en 1995 gana la Bienal de Puerto La Cruz, en 1991 obtiene el
Primer premio en el Colegio de Ingenieros. Obtiene menciones en varios salones
de arte en Caracas, Puerto La Cruz, Maturín, Calabozo, Yaracuy, Guanare,
Carúpano, entre otros.
Antonio Nuez muestra la abstracción
de la Naturaleza en la AVAP
El artista presenta una selección de paisajes que reflejan sus estados anímicos y sensaciones. Según sus propias palabras, la luz en él es una constante "cuando aparece el sol estoy activo, alegre, saludable; cuando se nubla me siento apático y triste".
Las obras de Nuez muestran sus estados de ánimo (Cortesía)
Una muestra individual del
artista Antonio Nuez, será inaugurada con el título "La Abstracción de
la Natura", el sábado 4 de julio a las 11:30 a.m., en la sede de la
Asociación Venezolana de Artistas Plásticos (AVAP), en Caracas, donde
permanecerá hasta el 25 de julio como un homenaje a este maestro de las
artes plásticas, por su importante trayectoria y aporte a la pintura
venezolana.
Bajo la curaduría de Gladys Calzadilla, Antonio Nuez presenta una selección de paisajes que reflejan sus estados anímicos y sensaciones. Según sus propias palabras, la luz en él es una constante "cuando aparece el sol estoy activo, alegre, saludable; cuando se nubla me siento apático y triste", afirma el artista.
Para la curadora de la muestra, la composición en su obra está enfocada en la iluminación, develando colores que involucran al espectador con atmósferas de profusa calidez. Según explica, "sus primeras pinturas, figurativas, representan escenas del entorno del taller de Puerta Caracas en La Pastora y El Junquito. Avanzando en su investigación plástica reduce su paleta a tonos cálidos: amarillos, naranjas, verdes y proporciona texturas aplicando pinceladas matéricas en alto relieve. En la obra reciente logra atmósferas con pinceladas gestuales y luminosas".
Nacido en Canarias (España) en 1937, y radicado en Venezuela desde 1964, Antonio Nuez se ha dedicado a la pintura desde los 38 años de edad, participando en numerosas muestras y salones de arte en Caracas, Puerto La Cruz, Maturín, Calabozo, Yaracuy, Guanare y Carúpano. Su obra ha sido reconocida con el primer lugar en el Instituto de Artes y Estudios de las Fuerzas Armadas, primer premio en la Bienal de Puerto La Cruz, y menciones en varios de los salones de artes en los que ha participado. Asimismo, recientemente le fue otorgado el Premio Avap "Armando Reverón" 2015.
El público tendrá la oportunidad de apreciar la obra de este artista del 4 al 25 de julio, en la sede de la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos (AVAP), ubicada en la calle Armando Reverón, Quinta AVAP, La Campiña, Caracas. La entrada es libre.
Las salas de la AVAP, que parecen recobrar vitalidad (y un poco de legitimidad) con las múltiples actividades que viene desarrollando últimamente, como sus exposiciones, talleres y foros; no están destinadas a promover sólo a los artistas valiosos, jóvenes o no, que sean poco conocidos, o que no estén consagrados por el reconocimiento público de nuestros medios culturales.
También se exponen en la AVAP las obras de artistas veteranos, de alto nivel de calidad, como es el caso de la actual exposición de pinturas de ANTONIO NUEZ, quien es uno de los mejores paisajista del país, cuya pintura, muy personal y de atmósferas cromática finísimas, no ha recibido aún, paradójicamente, el reconocimiento que indudablemente merece desde hace varias décadas.
Aunque sí ha obtenido algunos premios y distinciones, como en la bienal de Puerto la Cruz y el Salón Juan Lovera, de Caracas, pero no en los grandes salones consagratorios.
Pero, si ANTONIO NUEZ no ha “triunfado” en el arte, tal vez se deba, en parte, a que nunca fue un arribista, ni oportunista, ni tuvo la ambición y la falta de escrúpulos propia del artista ególatra y envanecido, como suelen ser los “triunfadores”.
Tampoco ha conocido los compromisos y las trampas que se requieren para “salir de abajo”. El nombre de ANTONIO NUEZ no figura en ninguna de las tres ediciones (cada diez años) de los Diccionarios oficiales de las artes plásticas en Venezuela, ni en ninguno de los grandes libros de historia del arte venezolano ( de Boulton, Carlos Silva, Juan calzadilla, Palenzuela, y otros). Y sus obras no están incluídas en la colecciones de nuestros museos.
A pesar de todo eso, sin que nos quede la menor duda, podemos afirmar que ANTONIO NUEZ es un excelente artista, uno de los más apreciables del país. Sus paisajes, de su etapa creadora más madura, desde hace ya unas cuatro décadas, llegan a veces a ser casi abstractos, tienen la virtud de conmover a primera vista, y de profundizar su empatía cada vez que los contemplamos de nuevo. El esplendor de luz crepuscular es de una delicadeza muy sugestiva y fascinante.
Nos honra participar en este homenaje que la AVAP le rinde al maestro ANTONIO NUEZ.
Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA)
Caracas, junio, 2015
“La naturaleza es como un diccionario
onde uno recoge todo aquello
que necesita para expresarse.”
Jean-Jacques Rousseau,
(filósofo)
Antonio Nuez (Canarias, 1937) es uno de esos pintores que construyó su oficio mediante la observación directa, la práctica constante y la inventiva de procedimientos. Desde su niñez, tanto en sus Canarias natal, como en los diferentes lugares de Venezuela donde le ha tocado vivir, las hierbas verdosas y las difusas siluetas de árboles y montañas, así como las superficies variables y accidentadas de los suelos, le han proporcionado motivos para “construir” su paisajística.
Estas percepciones de la naturaleza se fueron anidando en su mente para luego, con el tiempo y una práctica constante del oficio pictórico, fueron dando forma y estilo a una obra plástica singular. En las obras de Antonio Nuez se fusiona la luz y el color, la forma y el detalle, lo próximo y lo lejano en una representación de la naturaleza donde se integran la soledad infinita y silenciosa de un paisaje con el sutil y sinuoso movimiento de hierbas que parecen agitarse tímidamente. Las formas de árboles, relieves, montañas, caminos, recreadas en siluetas de contornos imprecisos, se instalan en una armónica colorística de tonalidades verde amarillentas.
La pincelada corta y grumosa, el pigmento espeso y la lumínica tonalidad de colores análogos complementan la “personalidad” de cada cuadro.
Son obras que necesitan disfrutarse desde cierta distancia para adentrarse en su espacialidad, para captar el sentido de soledad y silencio y para comprender como unas formas dibujadas con texturas coloreadas, ofrecen una original forma de representación paisajística. Esta etapa reciente en la pintura de Antonio Nuez, ampliamente conocida en bienales, salones de arte y exposiciones diversas, hacen de este paisajista uno de los de mayor inventiva.
Esta exposición retrospectiva, que merecidamente le ofrece la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos (AVAP-Caracas), muestra un balance integrador de los diferentes momentos, temáticas y procedimientos que el quehacer pictórico de Antonio Nuez, iniciado a los 38 años de edad, y después de haber desarrollado actividades laborales diversas en Venezuela.
La obra plástica de Antonio Nuez es, pues, declaradamente paisajista deja registrado, como en una suerte de diccionario particular, aquellos elementos, motivos y efectos que la naturaleza le ha proporcionado para expresarse como un pintor que ha contribuido a mantener viva la larga tradición paisajística que caracteriza las artes plásticas venezolanas.
Bajo la curaduría de Gladys Calzadilla, Antonio Nuez presenta una selección de paisajes que reflejan sus estados anímicos y sensaciones. Según sus propias palabras, la luz en él es una constante "cuando aparece el sol estoy activo, alegre, saludable; cuando se nubla me siento apático y triste", afirma el artista.
Para la curadora de la muestra, la composición en su obra está enfocada en la iluminación, develando colores que involucran al espectador con atmósferas de profusa calidez. Según explica, "sus primeras pinturas, figurativas, representan escenas del entorno del taller de Puerta Caracas en La Pastora y El Junquito. Avanzando en su investigación plástica reduce su paleta a tonos cálidos: amarillos, naranjas, verdes y proporciona texturas aplicando pinceladas matéricas en alto relieve. En la obra reciente logra atmósferas con pinceladas gestuales y luminosas".
Nacido en Canarias (España) en 1937, y radicado en Venezuela desde 1964, Antonio Nuez se ha dedicado a la pintura desde los 38 años de edad, participando en numerosas muestras y salones de arte en Caracas, Puerto La Cruz, Maturín, Calabozo, Yaracuy, Guanare y Carúpano. Su obra ha sido reconocida con el primer lugar en el Instituto de Artes y Estudios de las Fuerzas Armadas, primer premio en la Bienal de Puerto La Cruz, y menciones en varios de los salones de artes en los que ha participado. Asimismo, recientemente le fue otorgado el Premio Avap "Armando Reverón" 2015.
El público tendrá la oportunidad de apreciar la obra de este artista del 4 al 25 de julio, en la sede de la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos (AVAP), ubicada en la calle Armando Reverón, Quinta AVAP, La Campiña, Caracas. La entrada es libre.
LOS PAISAJES SUTILES DE ANTONIO NUEZ
PERAN ERMINYLas salas de la AVAP, que parecen recobrar vitalidad (y un poco de legitimidad) con las múltiples actividades que viene desarrollando últimamente, como sus exposiciones, talleres y foros; no están destinadas a promover sólo a los artistas valiosos, jóvenes o no, que sean poco conocidos, o que no estén consagrados por el reconocimiento público de nuestros medios culturales.
También se exponen en la AVAP las obras de artistas veteranos, de alto nivel de calidad, como es el caso de la actual exposición de pinturas de ANTONIO NUEZ, quien es uno de los mejores paisajista del país, cuya pintura, muy personal y de atmósferas cromática finísimas, no ha recibido aún, paradójicamente, el reconocimiento que indudablemente merece desde hace varias décadas.
Aunque sí ha obtenido algunos premios y distinciones, como en la bienal de Puerto la Cruz y el Salón Juan Lovera, de Caracas, pero no en los grandes salones consagratorios.
Pero, si ANTONIO NUEZ no ha “triunfado” en el arte, tal vez se deba, en parte, a que nunca fue un arribista, ni oportunista, ni tuvo la ambición y la falta de escrúpulos propia del artista ególatra y envanecido, como suelen ser los “triunfadores”.
Tampoco ha conocido los compromisos y las trampas que se requieren para “salir de abajo”. El nombre de ANTONIO NUEZ no figura en ninguna de las tres ediciones (cada diez años) de los Diccionarios oficiales de las artes plásticas en Venezuela, ni en ninguno de los grandes libros de historia del arte venezolano ( de Boulton, Carlos Silva, Juan calzadilla, Palenzuela, y otros). Y sus obras no están incluídas en la colecciones de nuestros museos.
A pesar de todo eso, sin que nos quede la menor duda, podemos afirmar que ANTONIO NUEZ es un excelente artista, uno de los más apreciables del país. Sus paisajes, de su etapa creadora más madura, desde hace ya unas cuatro décadas, llegan a veces a ser casi abstractos, tienen la virtud de conmover a primera vista, y de profundizar su empatía cada vez que los contemplamos de nuevo. El esplendor de luz crepuscular es de una delicadeza muy sugestiva y fascinante.
Nos honra participar en este homenaje que la AVAP le rinde al maestro ANTONIO NUEZ.
ANTONIO NUEZ: FRAGMENTOS DE NATURALEZA
Gabino MatosAsociación Internacional de Críticos de Arte (AICA)
Caracas, junio, 2015
“La naturaleza es como un diccionario
onde uno recoge todo aquello
que necesita para expresarse.”
Jean-Jacques Rousseau,
(filósofo)
Antonio Nuez (Canarias, 1937) es uno de esos pintores que construyó su oficio mediante la observación directa, la práctica constante y la inventiva de procedimientos. Desde su niñez, tanto en sus Canarias natal, como en los diferentes lugares de Venezuela donde le ha tocado vivir, las hierbas verdosas y las difusas siluetas de árboles y montañas, así como las superficies variables y accidentadas de los suelos, le han proporcionado motivos para “construir” su paisajística.
Estas percepciones de la naturaleza se fueron anidando en su mente para luego, con el tiempo y una práctica constante del oficio pictórico, fueron dando forma y estilo a una obra plástica singular. En las obras de Antonio Nuez se fusiona la luz y el color, la forma y el detalle, lo próximo y lo lejano en una representación de la naturaleza donde se integran la soledad infinita y silenciosa de un paisaje con el sutil y sinuoso movimiento de hierbas que parecen agitarse tímidamente. Las formas de árboles, relieves, montañas, caminos, recreadas en siluetas de contornos imprecisos, se instalan en una armónica colorística de tonalidades verde amarillentas.
La pincelada corta y grumosa, el pigmento espeso y la lumínica tonalidad de colores análogos complementan la “personalidad” de cada cuadro.
Son obras que necesitan disfrutarse desde cierta distancia para adentrarse en su espacialidad, para captar el sentido de soledad y silencio y para comprender como unas formas dibujadas con texturas coloreadas, ofrecen una original forma de representación paisajística. Esta etapa reciente en la pintura de Antonio Nuez, ampliamente conocida en bienales, salones de arte y exposiciones diversas, hacen de este paisajista uno de los de mayor inventiva.
Esta exposición retrospectiva, que merecidamente le ofrece la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos (AVAP-Caracas), muestra un balance integrador de los diferentes momentos, temáticas y procedimientos que el quehacer pictórico de Antonio Nuez, iniciado a los 38 años de edad, y después de haber desarrollado actividades laborales diversas en Venezuela.
La obra plástica de Antonio Nuez es, pues, declaradamente paisajista deja registrado, como en una suerte de diccionario particular, aquellos elementos, motivos y efectos que la naturaleza le ha proporcionado para expresarse como un pintor que ha contribuido a mantener viva la larga tradición paisajística que caracteriza las artes plásticas venezolanas.
Ángel Marcano "Reliquias personales" en dibujos tridimensionales
Ganó el VII Salón de Jóvenes con FIA en 2004 y ahora expone en la Galería D'Museo en Los Galpones
Resultado de los registros fotográficos que captura en sus viajes.
Ciervos, gárgolas, felinos, dragones o cualquier otra figura que haya
visto en plazas o en fachadas son el elemento de partida de sus piezas
escultóricas.
El uso de alambres ha sido una constante en la creación de su fauna
particular. Marcano recolecta imágenes de animales que luego transforma
en objetos de pequeño y mediano formato. Como los colibríes que con
frecuencia se posan sobre la ventana de su casa en Sabana Grande, que
terminaron multiplicados sobre una de las paredes de la galería en la
única obra que no es monocromática en esta muestra.
"Me apropio de figuras, les tomo fotos y luego las transformo en
dibujos. La trama va cambiando en cada una de las piezas, mezclo lo
lineal con el tejido, siempre buscando acercarme a la estética de la
belleza", explica el artista.
A juicio de la investigadora de artes visuales Susana Benko, la incidencia de la luz ha sido fundamental en sus tres individuales anteriores: Molduras y soportes (2008); Mis planas (2009) y Animal(2013). La diferencia está en que en esta oportunidad hay un juego de sombras que le otorga a las piezas una presencia importante por el cambio de escala en la representación de cada animal. "Son dibujos tridimensionales, algunos con color, otros bañados en oro o níquel, acordes a las técnicas que, como orfebre, este artista también domina. La laboriosidad técnica casi preciosista de las piezas no opaca su voluntad de rescatar mediante la proyección de las sombras la condición escultórica y volumétrica de las figuras, así como la condición de ornamento arquitectónico que algunas de ellas presentan", señala Benko. Las figuras de Ángel Marcano han evolucionado desde que ganó con sus "planas" el VII Salón Cantv Jóvenes con FIA en 2004. "No he dejado las palabras. Las sigo recolectando, como los otros elementos que integran mis obras. Si hay alguna frase que me atrapa, suelo dibujarla con alambre. Pero me la quedo, no la muestro".
"Paradoja Roja" de Marian Ichaso
"Cuerpo fugaz" de Isabela Muci
Galería La Ventana Artkao. Los Galpones.
Lugar: G-10, Galería La Ventana-Artkao, Centro de Arte Los Galpones
Horario de la galería: Lunes a Sábado de 10:00 am a 5:00 pm y Domingos de 11:00 am a 4:00 pm
Teléfonos: 0212-3277674 / 0416-0123812
Horario de la galería: Lunes a Sábado de 10:00 am a 5:00 pm y Domingos de 11:00 am a 4:00 pm
Teléfonos: 0212-3277674 / 0416-0123812
"Diván" de Carolina Muñoz
Galería El Anexo/ Arte Contemporáneo
"En Círculo" de Ben Abounassif
Parenthesis Arte Contemporáneo
horario: de 11:00 am. a 4:00 pm.
Lugar: Galería Parenthesis (G-12) - Centro de Arte Los Galpones
Hasta el 09 de agosto 2015
Ricardo Gómez Pérez
muestra individual “Recorridos Habituales”
Beatriz Gil Galería
Curaduría de Ruth Auerbach.
Ricardo Gómez Pérez |
El repertorio visual que muestra Gómez Pérez desafía la relación y la proximidad de géneros
Con una propuesta desarrollada a través de un teléfono celular, presentará su nuevo trabajo fotográfico el artista venezolano Ricardo Gómez Pérez en una muestra individual, que bajo el título “Recorridos Habituales”, ocupará la Sala 2 de Beatriz Gil Galería desde el domingo 28 de junio a las 11:00 a.m. hasta el 09 de agosto, bajo la curaduría de Ruth Auerbach.
Son un total de 44 imágenes agrupadas en tres series –Botánica, Objetos y Urbe– las que componen esta muestra en la que Gómez Pérez, a juicio de Auerbach, “avanza hacia una indagación fotográfica cuya fortaleza se ejerce desde la versatilidad del medio, afianzando las estrategias híbridas e impuras que propone la fotografía contemporánea”.
El trabajo de este artista, reconocido a lo largo de más de cuatro décadas de amplia trayectoria a partir de sus series de personajes públicos, paisajes urbanos, desnudos y niños, desarrolladas con equipos tradicionales tanto en Venezuela y Europa como en Latinoamérica y los Estados Unidos; se vale ahora de las posibilidades y enorme capacidad de inmediatez de la fotografía móvil como herramienta de trabajo, e ingresa en la práctica de lo que se ha dado por llamar iPhoneografía.
“Fotografía compulsivamente todo aquello que percibe: formas y motivos inesperados que capta para levantar una suerte de bitácora o imaginario iconográfico, que no es otra cosa que fragmentos de una biografía y el discurrir de una mirada voyerista por los diversos escenarios de su entorno”, afirma la curadora Ruth Auerbach, “su mirada capta aspectos y materialidades o formas comunes –casi triviales– de la cotidianidad urbana y doméstica, reuniendo y codificando un repertorio de argumentos temáticos que exploran y construyen series diferenciadas: los objetos materiales, la naturaleza botánica, y las abstracciones arquitectónicas, concebidas con la mínima intervención”.
De acuerdo a la experta, el repertorio visual que muestra Gómez Pérez “desafía la relación y la proximidad de géneros: los objetos encontrados en su recorrido por los lugares habituales –la calle o el parque–, fragmentos de una vegetación descartada y anónima, así como también de cuerpos caídos, elementos inesperados, precarios y fugaces que se relacionan con los volúmenes y espacios que habitan la urbe. En ese ir y venir, a veces deambulando sin rumbo, otras recorriendo las rutas de su andar cotidiano, descubre los argumentos visuales que definen sus imágenes”.
La exposición “Recorridos Habituales” de Ricardo Gómez Pérez realizada con el apoyo de el Archivo Fotografía Urbana y la empresa Photomatón, podrá ser visitada del 28 de junio al 09 de agosto, en Beatriz Gil Galería, ubicada en la Calle California con Calle Jalisco, en Las Mercedes; en horario de lunes a viernes de 10:00 a.m. a 7:00 p.m., sábados de 10:00 a.m. a 4:00 p.m., y domingos de 11:00 a.m. a 2:00 p.m. La entrada es libre.
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