martes, 30 de junio de 2015

Julio-Agosto 2015

 

 ESTÁTICO DINÁMICO de JESÚS SOTO

 

 

Isabel Soto hija de Jesús Soto y Curadora. Fotografía Gladys Calzadilla
Isabel Soto hija de Jesús Soto y Curadora. Fotografía Gladys Calzadilla

Tomas Musset amigo de Jesús Soto y Curador. Fotografía Gladys Calzadilla
Tomas Musset amigo de Jesús Soto y Curador. Fotografía Gladys Calzadilla

 

Inaugura el domingo 19 de julio de 2015 a las 11 am

En la Galería de Arte Ascaso en alianza con la Fundación Jesús Soto


Estático – Dinámico Soto

Alterando el orden de los códigos formales y estéticos en las Artes Plásticas

Homenaje al Maestro Jesús Soto

Texto Gladys Calzadilla

Caracas, sábado, 18 de julio de 2015


Detalle de Obra de Jesús Soto "Vibraciones". Fotografía Gladys Calzadilla
Detalle de Obra de Jesús Soto "Vibraciones". Fotografía Gladys Calzadilla
 
Capacidad de percibir las relaciones que existen en el espacio en libertad, las cuales son reproducidas a través de la expresión plástica con un lenguaje único, sensible y lúdico. Asumiendo el riesgo de crear contradicciones entre lo establecido por el conocimiento e integrando el tiempo al ritmo del espectador que se incluye en la obra.
Jesús Soto hace de la ciencia su aliada y de la investigación su vida. Incluye en su obra materiales industriales y los convierte en soporte de sus ideas, expresadas con maestría.
Vibraciones ópticas producidas por contradicciones entre los elementos plásticos como el color, el plano y la línea, que son la base de su composición seriada prestablecida y coherente.
Se suma a la causa de Marcos Castillo, Henri Matisse, Paul Cézanne y Pablo Picasso, retando el conocimiento sobre la forma aceptado en la academia. Aborda luego la construcción de su obra desde la coherencia armónica de los elementos, produciendo métrica y geométricamente vibración. Al recorrerla integra el tiempo como parte virtual de su creación, captando al espectador, jugando con su percepción e incluyéndolo, haciendo que la obra varíe con cada intervención.
Como plantea Heiddeger “la obra subsiste por sí misma”. La creación de Jesús Rafael Soto se sostiene en el tiempo con argumentos férreos, documenta en sus registros y razonamientos aportes valiosos innovadores y contundentes que dejan abierto un camino a la investigación en las artes, no depende de la subjetividad. Abordaje disciplinado de una idea que aún desborda posibilidades, las cuales artistas actuales asimilan y desarrollan.
Como un homenaje al Maestro Jesús Soto a los 10 años de su partida, la Fundación Jesús Soto en alianza con la Galería de Arte Ascaso desde el domingo 19 de Julio a las 11 am le permite disfrutar de la Exposición “Estático - Dinámico Soto”, donde la escultura, la pintura y la gráfica a través de la serigrafía describen claramente el proceso de investigación plástica de Jesús Soto y denotan su aporte a las artes en el ámbito mundial.
Su legado se basa en su contacto con la naturaleza en su amada Guayana (nacido en Ciudad Bolívar el 5 de junio de 1923), de la que se desprende para continuar su meditación y convertirla en observación, registro y realización en la Escuela de Bellas Artes y Artes Aplicadas de Caracas a la que ingresa en 1942 con una beca estudiando arte puro y docencia egresando en 1947. De 1947 a 1960 ejerce la Dirección de la Escuela de Bellas Artes de Maracaibo.
En 1949 expone su individual en el Taller Libre de Arte de Caracas. El 16 de septiembre de 1950 Soto navega en l'Olimpia y viaja a París. En Francia se integra a los artistas venezolanos fundadores de la revista "Los Disidentes", fundamentalmente con Alejandro Otero, Narciso Debourg y Guevara Moreno. y Aimée Battistini, quien lo lleva mundo de la abstracción. Participa en el "Salon des réalités nouvelles" (Salón de las nuevas realidades) y entra en contacto con el galerista Denise René quien impulsa su carrera internacional. En "Composiciones dinámicas". Procura dinamizar las estructuras ortogonales de Piet Mondrian obra que visita en la primavera de 1951 en Holanda.
En 1952 trabaja sus repeticiones y progresiones, en las que busca conseguir un equivalente plástico de las prácticas musicales desde la música serial en la dodecafónica. Trasciende las nociones convencionales de la composición y lo aceptado. Metamorfosis (1954) es la primera obra en la que logra producir núcleos luminosos, superponiendo tramas regulares de puntos y cuadros por medio de un plexiglás transparente. Participa en la exposición "Le mouvement" (el movimiento), organizada por la galerista francesa Denise René, muestra que marca el nacimiento histórico del "Cinetismo". Inicia la serie titula estructuras cinéticas (1956-1957).
En 1957 reemplaza las líneas pintadas por varillas de metal soldadas entre sí sobre un fondo: "vibraciones". En 1958 sus “Escrituras” y su primer “Cuadrado Vibrante” en los jardines del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas - IVIC  y luego en la Exposición Universal de Bruselas, instalando su "Muro de Bruselas". En 1960 Obtiene en Venezuela el Premio Nacional de Artes Plásticas. En  1966 Presenta su "Muro Panorámico Vibrante" en la Bienal de Venecia y en 1967 nacen sus “Penetrables”. Denise René organiza una doble exposición personal de Soto en sus espacios de la rivera derecha e izquierda del Sena, en París, aparece su primer Penetrable. Invitado por Carlos Raúl Villanueva, Soto representa a Venezuela en la Exposición Internacional de Montreal, con su escultura cinética "Volumen Suspendido".
1969 marca el momento de su éxito internacional con la gran exposición retrospectiva del Museo de Arte Moderno de París. Este mismo año se decreta la creación del Museo de Arte Moderno Jesús Soto en Ciudad Bolívar el cual se inaugura en 1973.
En 1974 El Solomon R. Guggenheim de Nueva York organiza una importante exposición retrospectiva de Soto. En 1975 realiza una de sus primeras grandes intervenciones en la arquitectura con el Hall de Entrada para las Industrias Renault, en Boulogne Billancourt, Francia. En 1977 Realiza su gran "Volumen Virtual Suspendido", del Royal Bank of Canada. En 1983 Realiza dos importantes obras integradas a la arquitectura: El Volumen Suspendido del Cubo Negro en Caracas, y el Volumen Suspendido del centro Georges Pompidou en París, Francia. Inicia la serie de las “Ambivalencias”.  En 1995 recibe el premio Nacional de Escultura en París, Francia.
Desaparece físicamente en su casa de París, Francia el 14 de enero de 2005.

Exposición Estático - Dinámico Soto
Inauguración: Domingo 19 de julio de 2015
Hora: 11 am
Lugar: Galería de Arte Ascaso, Avenida Orinoco entre calles Mucuchíes y Monterrey, Urbanización Las Mercedes, Caracas 1060, Venezuela.
Horario de visita: De lunes a viernes de 9:00 am a 1:00 pm y de 2:00 a 6:00 pm. Los sábados y domingos el espacio está abierto de 11:00 am a 3:00 pm.

La entrada es completamente gratuita.


Una minuciosa selección de obras de diversos formatos conducen al espectador a lo más esencial del  trabajo de Soto, a los principios fundamentales de su vasta producción, planteando con ella nuevos códigos y lenguajes dentro de las artes visuales a nivel mundial.
Inauguración: Domingo 19 de Julio de 2015
Hora: 11 am
 Lugar: Galería de Arte Ascaso, avenida Orinoco, entre Mucuchíes y Monterrey, Las Mercedes.

Texto de María Elena Ramos



La Galería de Arte Ascaso y la Fundación Jesús Soto inauguran la exposición ESTÁTICO DINÁMICO de JESÚS SOTO. Una minuciosa selección de obras de diversos formatos conducen al espectador a lo más esencial del trabajo de Soto, a los principios fundamentales de su vasta producción, planteando con ella nuevos códigos y lenguajes dentro de las artes visuales a nivel mundial








1 Pensamiento científico, filosofía y arte

La formación del espíritu científico, de Gastón Bachelard, fue uno de los libros de consulta de Jesús Soto en sus tiempos de formación en París.
Bachelard, para quien la ciencia puede ser “la estética de la inteligencia”, va a señalar en esta obra tres estados del espíritu científico. El primero es el estado concreto, “en que el espíritu se recrea con las primeras imágenes del fenómeno y se apoya sobre una literatura filosófica que glorifica la Naturaleza”.
El segundo es el estado concreto-abstracto, en que “el espíritu adjunta a la experiencia física esquemas geométricos y se apoya sobre una filosofía de la simplicidad”. Y un tercero, el estado abstracto, “en el que el espíritu emprende informaciones voluntariamente substraídas a la intuición del espacio real, voluntariamente desligadas de la experiencia inmediata y hasta polemizando abiertamente con la realidad básica, siempre impura, siempre informe”. 
A estos tres estados, Bachelard hace corresponder tres modos en la psicología de la paciencia científica. Así, al primero corresponde un “alma pueril o mundana, animada por la curiosidad ingenua, llena de asombro” ante la naturaleza.
El segundo conllevaría “un alma entregada al interés deductivo”. Y, finalmente, para el tercer estado se requeriría un “alma en trance de abstraer y de quintaesenciar, conciencia dolorosa, librada a los intereses inductivos siempre imperfectos, jugando el peligroso juego del pensamiento sin soporte experimental estable, trastornada a cada instante por las objeciones de la razón, poniendo incesantemente en duda un derecho particular a la abstracción ¡pero cuán segura de que la abstracción es un deber, el deber científico, y la posesión finalmente depurada del pensamiento del mundo!”. 
Estos cortes epistemológicos, significativos en el avance del espíritu científico, permiten hacer un paralelismo con un modo artístico que -desde el Renacimiento en adelante, pero más precisamente desde mediados del siglo XIX con el advenimiento de la abstracción moderna- pondría atención, explícita o implícitamente, en los modos científicos de experimentar y conocer.
Estos estudios desde la filosofía de la ciencia no le fueron ajenos a Jesús Soto. Y podríamos leer aquellos tres órdenes de Bachelard en algunas ideas del artista y también en la confrontación con sus obras. Para el Soto que llega en el año 50 a París, atrás han quedado las flores, los paisajes y otros temas figurativos que trabajó en los años cuarenta como estudiante y profesor, y que podrían asimilarse al primer estado –el estado concreto- de Bachelard, ése en el cual “el espíritu se recrea con las primeras imágenes del fenómeno”. 
El Bachelard del segundo estado, el concreto-abstracto (en el cual el espíritu adjunta a la experiencia física esquemas geométricos) parece resonar tanto en la admiración de Soto por el Cézanne que en el siglo XIX hiciera montañas constructivas en sus pinturas, estructuradas precisamente a partir de cuerpos geométricos -el cono, el cilindro, la esfera- como, ya de manera crítica, en el desacuerdo que tuvo con el tipo de abstracción que encontró a su llegada a París y que consideró una estilización más que una verdadera abstracción.
Dice el artista: “…la abstracción ha sido muy equivocada. Se ha tratado de condicionarla a una especie de estilización de la figuración. Ese es un error grave. La abstracción es una realidad en sí”. Vamos viendo así que la verdadera abstracción para Soto, la más afín con su propia aspiración para la época, se identifica con el tercer estado del espíritu científico de Bachelard –el estado abstracto-. 
Soto no quería seguir atado a una tradición de siglos que -más figurativa o más estilizadamente- continuaba remitiendo a modos de representación naturalista. Dice: “…entendí que yo no podía avanzar en esa dirección y que así, efectivamente, el arte abstracto era una puerta cerrada. Pensaba que al construir mis obras a partir de la triangulación y la geometrización, tal y como lo hacían Giorgione y los mejores artistas del Renacimiento, no se estaba pensando profundamente el problema de la estructura sino extrayendo de ellos sus formas básicas de composición, lo cual era casi como un plagio. Solo estábamos usurpándole a esos grandes artistas su poder de invención, cuando lo que debíamos hacer era inventar la abstracción. Por eso me retiré del amor que tenía por Giorgione y por el estudio de la triangulación típica del Renacimiento. Tenía que encontrar otra manera de estructurar la obra, de lo contrario seguiría atado a una tradición de siglos y al antropocentrismo que rechazaba”. ¿En qué consistía para Soto intentar una abstracción más pura?

2 Soto y el universo físico

Si algunos artistas abstractos en la modernidad incorporaban una espiritualidad de raíz religiosa o metafísica en sus obras (pensemos en creadores como Klee, Kandinsky o, en América, Joaquín Torres-García y la Escuela del Sur, con su universalismo constructivo y su aspiración a una unidad metafísica de la cultura) o si otros fundaban su imaginario en el arte mismo, Soto es de los que ni reconocieron religiosidad ni se concentraron en hacer un arte que se alimentara esencialmente en el arte mismo.
Él puso esas y otras distancias: con lo exteriormente visible de la naturaleza, con la interioridad del artista, con la metafísica. Pero sí abrió su obra a la idea de universo físico.
Ciertamente ya otros se habían planteado este problema, y de hecho los descubrimientos de las ciencias físicas y sus aportes para la comprensión de la vasta realidad que rodea al hombre habían sido motivaciones de primer orden para el arte de los nuevos tiempos, especialmente desde el impresionismo del siglo XIX con su directo interés en las ciencias naturales y en la física óptica.
El concepto mismo de universalidad se reitera en el lenguaje científico de los siglos XIX y XX, que influye, como entorno epocal, el surgimiento y desarrollo de la modernidad abstracta en el arte. 
Hay dos preocupaciones esenciales en Soto, reiteradas a lo largo de su vida creadora. Por una parte el universo como un todo: a comprender, a penetrar, a revelar. Por otra parte -y como su complemento esencial- la materia constitutiva de ese universo.
De allí sus reiteraciones sobre las ideas de masa, de luz, de energía. Pero se va a ir dando en nuestro artista un tránsito permanente, o más bien un vaivén peculiar e intenso, entre el interés por la física de lo real y las creaciones que él mismo aportaría –con materia artística- a lo real. Curioso indagador en lo primero, talentoso inventor en lo segundo. 
En el primer caso Soto pone su atención en aspectos esenciales del universo que lo rodea. En el segundo –el de los modos artísticos- está empeñado en la construcción de un lenguaje a partir no ya solo de obras, no ya solo de la propia historia del arte, sino de aquel vasto y complejo universo físico que las preexiste y las trasciende. Pues sus creaciones dan fe, y quieren dar visión, de lo que se encuentra en un universo que es exterior y anterior al arte. 
Así, aun no siendo Soto un artista representativo según lo que, a la manera clásica, se entiende como tal, vemos sin embargo que trabaja con la imaginación puesta sobre lo real.
Aunque la niegue como referente, como representable en sus obras, sigue vinculado a esa realidad a través de una particular pulsión al conocimiento, a través de un querer ver mejor -más aguda y esencialmente- el universo que lo rodea, asunto que llegará a ser nuclear dentro de su imaginario. Recordemos aquí el tercer estado en Bachelard, el estado abstracto, en que el espíritu “emprende informaciones voluntariamente substraídas a la intuición del espacio real”. 
Según cierta perspectiva, así como existen elementos de abstracción en una buena obra de arte figurativa, también existen nexos de las obras abstractas -incluso de las consideradas más “puras”- con lo que está fuera de ellas.
Arthur Danto es enfático en su idea de que el arte es siempre “acerca de” algo. Y para hacer esto más comprensible utiliza incluso ejemplos de obras abstractas extremas, en las que sería más esperable la ausencia de referencia de realidad.
Así, sobre la pintura considerada “no-objetiva” dice: “Las pinturas presentan una realidad, aunque sea una realidad interior, o, si se trata de una realidad exterior, se trata de una realidad que tiene la misma identidad espiritual que una realidad interior. (…) Malevich se habría sorprendido si le hubieran dicho que su Cuadrado negro no era una pintura sobre algo. La pintura blanca de Robert Rauschenberg era acerca de las sombras y los cambios de luz que transitoriamente se registran en sus superficies y, en este sentido, es una pintura sobre el mundo real”. 
Soto no da la espalda a la realidad sino que, haciendo un giro, pasa a ahondar en ella más radicalmente. Y esto lo hace con el lenguaje que le es propio: afinando los recursos y saberes de la visualidad artística. Vale aquí citar a Mondrian, figura capital del constructivismo y de la modernidad abstracta y uno de los maestros cuya influencia reconoce Soto.
Dice Mondrian: “El arte no es la expresión de la apariencia de la realidad como la vemos, ni de la vida que vivimos, sino (...) expresión de la verdadera realidad”. En su querer ver mejor, en su agudización de la mirada que se enfrenta al mundo, Soto se afilia a un modo que llamaremos “penetrante” de mirar. No le es suficiente ya la mirada de sobrevuelo abarcadora de totalidades, no le es adecuada la mirada cercana que se detiene sobre la superficie exteriormente visible de las cosas. 
Así, Soto no actúa como el artista realista, ni como en nuestro mirar cotidiano cuando observamos un lugar o un objeto en directo, como en intentio recta (aquella intentio prima de la ontología clásica que requería alguna forma de duplicación o reflejo en las semejanzas con la realidad visible). Pues aun siendo, como quería Danto, “acerca de algo”, en la creación de Soto no se trata de una intentio recta sino oblicua, y esto doblemente: en tanto no mira lo superficialmente perceptible sino otros aspectos en que lo real sigue siendo real incluso cuando no sea directamente visible –es el caso, por ejemplo, de su insistente interés por el tema de la energía-.
Sin utilizarlos, Soto es afín al mundo del microscopio y del telescopio, que permiten al ser humano ampliar o acercar lo que no es captable a simple vista. Su intentio es entonces oblicua y segunda en tanto mira lo real a través del espejo del lenguaje, un lenguaje creado tanto para interpretar a su libre manera aquel universo real como para inventar a la vez órdenes e ideas nuevos y distintos. 
Así, no solo planos vibrantes, esculturas o ambientaciones: las obras de Soto aparecen también como señales –pulsando de conceptos, latiendo por ellos-, señales de la compleja existencia de nuestro mundo: físico, perceptual, cósmico. Son las creaciones de un artista plenamente consciente de los dos universos: el amplísimo que lo rodea y lo trasciende, que no puede ser captado en su totalidad (y muchas veces tampoco siquiera en su densidad visual inmediata), y el universo particularísimo del arte, con sus ineludibles mandatos de vocabulario, concreción y presencialidad.
Hay aquí, así, un universo amplio que estimula a la producción artística, que parcialmente hace ser a la obra. Y hay una obra plástica que se ha crecido, capaz de hacer sentir –aunque sea también parcialmente- a aquel universo amplio. Dicho más brevemente: el amplio universo estimula el ser de estas obras; y luego las obras hacen ver algo de aquel universo. 
Pero estas dos instancias –universo físico y obra- que parecen remitir una a la otra, si bien son capitales en la producción del artista, no son todavía suficientes para dar razón de ella. Pues lo imprescindible en el arte es que el creador sea, sobre todo, dueño de su propio espacio: que sepa tanto hacer ser una obra nueva como hacer ver la especificidad lingüística y la pertenencia más legítima de esa forma al campo de los seres creados, realizada precisamente a través del acto intransferible de la creación.
Una creación compleja, esta de Soto, determinada tanto por la intuición como por la razón, rica en racionalidad pero también en poesía. 
Vemos entonces que esta obra tan moderna, tan deudora de las vanguardias de mediados del siglo XIX como el impresionismo y el postimpresionismo cezanneano, tan comprensiva de las vanguardias de las primeras décadas del siglo XX, tan vigente incluso para aspectos de la vida y del arte de estos inicios del siglo XXI -y así tan contemporánea aun- es al mismo tiempo muy afín a algunos problemas y preguntas de enorme antigüedad y de indudable permanencia a lo largo de los siglos: los modos de conformación del universo, los procesos de su evolución, la composición de la materia natural, la consistencia del espacio real -a la vez pleno y fluido-, o el complejo tema de la incertidumbre, muy antiguo pero abordado con especificidad por las ciencias modernas.
Tales problemas universales -arcaicos y modernos, permanentes, vigentes- se nos hacen de algún modo presentes en la obra de Soto porque son propuestos a nuestra percepción de contempladores, que llegamos a intuirlos, a sentirlos (no a comprenderlos a través de algún análisis científico) por aproximaciones que el artista estimula poderosamente en el espectador a través de analogías y metáforas de naturaleza esencialmente libre. 
Podemos preguntarnos, por ejemplo, cuál es el ser que acontece en la serie de obras llamadas Tes, de Soto. Uno de los modos de manifestarse de estas obras es la apariencia de incertidumbre. Esto tendría dos aspectos: la incertidumbre como experiencia humana general, dable en cualquier circunstancia (y acentuada como conciencia en nuestro tiempo) y así como un sustrato permanente, un universal en la vida humana acerca de lo cual esta obra nos sugiere algo.
Y, por otra parte, la incertidumbre entendida como un principio científico más específico, con el cual esta obra de Soto parece tener ciertas afinidades, captables por la percepción.

3 Algunas analogías y metáforas visuales entre universo y arte

El buen arte tiene la capacidad de transfigurar lo que está en el universo, pero también la de interpretarlo y esclarecerlo, de hacerlo ver y conocer mejor, de más propiamente iluminarlo. 
Para acercarnos mejor al arte abstracto en general, y a este de Soto en particular, la idea de analogía nos servirá de apoyo. Dice José Ferrater Mora: “El razonamiento por analogía va de lo particular a lo particular, y no posee nunca, desde el punto de vista lógico-formal, una fuerza probatoria concluyente, sino únicamente verosímil o probable”.
Si este comentario –digamos liberador- de Ferrater está dirigido a explicar el concepto de analogía dentro del lenguaje filosófico, su liberalidad será aún más válida para el –connaturalmente más autónomo- ámbito artístico.
Entre el universo físico que Soto quiere comprender y el universo artístico que va creando se tejen relaciones analógicas a la vez fuertes y libres en torno a los temas del espacio, el espacio-tiempo, la energía, la elasticidad.
Es importante señalar la maestría de este artista para aludir a lo no-visible a través de lo visible; o la de hacer de lo lábil, lo frágil e inestable, una de las fuerzas más estables y presenciales; o la capacidad de referir, metafóricamente, al cambio dinámico en el universo y lo que podríamos llamar, ya en su trayectoria artística, una casi estable inestabilidad (pues lo inestable se fue constituyendo como una estructura esencial de su lenguaje).
Sobre el tema de la luz, nuclear en el imaginario de Soto y uno de los asuntos más definitorios en sus realizaciones, un tejido de metáforas visuales se mueve: entre luz del universo físico, luz que constituye a la obra y luz que irradia en algunas obras específicas.
En obras como las Tes, como las Vibraciones, Escrituras, Cuadrados y otras obras virtuales (en esta muestra vemos su Virtual Cobalto, o Virtual Oliva por ejemplo) un ámbito amplio de referencias o relaciones puede ser convocado, desde aquel tema del principio de incertidumbre de Heisenberg, de las ciencias físicas modernas, hasta, remontándonos a la antigüedad, Demócrito y el atomismo griego.
Sería posible incluso hacer aquí analogías con aquel centelleo precario con el que Foucault se refería al saber, a las dudosas seguridades de la historia. O con el Heidegger que estudia la alternabilidad entre lo luminoso y lo oscuro en el conocimiento: entre el brillo sucesivo o anterior a la esencial fragilidad de la captación intelectual, que es instantánea, como aquel rayo de Heráclito que acompañó, desde que fuera enunciado, a toda la historia de la cultura. Pues está, en la naturaleza misma del saber, la conciencia de su propia fugacidad, su incompletud, su fragmentareidad constitutiva: el saber no es permanente, y puede llegar como un destello.
Dice Gadamer: “Lo presente se hace presente en el rayo. En un instante todo se vuelve claro como la luz del día, para en el instante siguiente volver a la tiniebla total”. Y es que el rayo que cae del cielo confiere presencia: de golpe, y por un instante... como a todos nos ha sucedido alguna vez con el alumbramiento de una verdad. 
Importante por abarcador e integrador es en Soto el tema mismo de “las relaciones” y sobre todo de su preeminencia frente al concepto de “elementos aislados”, un asunto que da tejido a diversos enlaces analógicos entre universo y obra. Veamos estos dos comentarios del artista:
“No es fácil precisar en palabras en qué consisten las relaciones de que le hablo, aunque para mí sean lo más real de todo lo existente. El espacio, la energía, el tiempo y el movimiento son entidades universales de las cuales somos tributarios y la noción de relación está determinada por el comportamiento de estas entidades inseparables. Una relación es una fuerza, un comportamiento universal, una especie de infinita elasticidad que le da origen a todas las cosas transformables…”.
Y dice: “Había que buscar un lenguaje, unos medios que no fueran exactamente los que había utilizado el hombre, especialmente desde el Renacimiento hasta nuestros días. Para ellos era la tridimensionalidad, la utilización del elemento trucado de la perspectiva, que fue una invención maravillosa, sin duda, pero que trataba de hablar de un espacio vacío donde había elementos. Había una preocupación mayor por los elementos y no por las relaciones. Desde muy joven, desde que llegué a París y todo esto empezó a interesarme, mi idea ha sido la de invertir esos valores, la de preocuparme de las relaciones y no de los elementos. Al yo tomar esa posición, los elementos son como signos: puede ser aquel hilo de nylon, que es tal vez lo más transparente, lo más cercano a una idea de abstracción en el espacio, algo que hace que la luz pase.
Con el recurso de la analogía y la metáfora visual Soto logra constituir obra y hacer además eficaz comunicación artística, pero hay que señalar esto al mismo tiempo que afirmamos que esa obra no es solo un objeto que transmite algo ajeno a su propio ser. Ella no es solo un ser para hacer sentir un universo que la trasciende, ni solo un tejido donde yacen aquellos enlaces analógicos entre un arte creado y un universo físico dado.
La obra no es solo (como Danto quería) “acerca de algo”, pues no debemos olvidar que ella es, también, acerca de sí misma. Decir por ejemplo que en una imagen la luz revela algo no visible, algo más allá de sí misma, sería válido pero insuficiente. Hay que señalar además que, en las obras maestras, la luz revela a la luz misma. Y que la luz revela a la luz del arte. Y esto toma cuerpo, a veces magistralmente, en esa luz convertida en elemento plástico capaz de adquirir espacio protagónico como sucede, en tiempos y modos tan diversos, en Vermeer, Rembrandt, Monet, Malevich, Moholy-Nagy, Albers, Soto, Turrell, Eliasson, De María, entre otros. 
Pero, más aun, algunas obras pueden llegar a hacer ver algo relevante también acerca del arte más en general. Así, ya no solo acerca de la abierta realidad externa o acerca del cerrado espacio sicológico del creador. Si los teóricos pueden hacer ver aspectos relevantes del arte en sentido amplio, también lo hacen los artistas, pero no ya con lenguaje discursivo sino con el mismo lenguaje plástico de sus obras –palpitantes de analogías, como en el caso que nos ocupa-.
Así, además de hacer ver las obras aisladas, en ocasiones estelares los artistas pueden revelar aspectos esenciales del arte todo, pues las grandes obras llegan a ser también un arte acerca del arte.
En este sentido cabe recordar el Heidegger que señalaba a Hölderlin como el poeta de lo poético, y esto porque “poematiza la esencia misma de la poesía”.

En el caso de Soto, y para mencionar solo dos aspectos significativos, podríamos decir que su obra hace ver, a través de producciones alígeras y como en proceso de desmaterialización, la consustancial fragilidad del arte todo. Pero también ha creado, a partir de esas formas de apariencia ingrávida, una nueva y positiva constitución de lo espacial. Y es que el arte existe a la vez como sutileza y como fuerza; como zona de fragilidad pero también de resistencia. 
Por otra parte, a través del aparecer y el desparecer coexistiendo intermitentes en algunas de sus piezas esenciales podemos notar la capacidad que tienen algunas obras singulares para hacer visibles distintas polaridades coexistiendo en un mismo espacio estético, como se da aquí, por ejemplo, con el par claridad/ocultación (Heidegger diría patencia/ocultación).
Luminosos y oscuros podrán tocarse en la gran poesía, en el gran arte, los extremos: origen y destino, lo más racional y lo más libre, lucidez y sensorialidad, presencia y ausencia, lo visible y lo no visible. Son polos que se concilian en el acto del poeta, del artista, y que aparecen estrechamente interrelacionados en las obras realmente logradas.

4 “Tierra y Mundo” en la obra de Soto

Hablemos de las Tes (Tes Blancas, Tes Negras, o la pieza Tes blancas y amarillas en esta exposición). Junto a una Tes de Soto, la ficha suele señalar componentes físicos como madera, pintura acrílica, metal. Diremos aquí que estos tres elementos son la tierra básica de la obra, materia esencial y primaria sin la cual no puede existir todo lo que luego va a ir llegando a tener lugar.
Pero otros elementos, más complejos y sutiles, forman parte también de esa tierra. Como espectadores frente a una Tes, lo primero que nos llega a la percepción es una vibración sutil y generalizada. Si nos demoramos frente a la obra, y nos movemos muy levemente, comienza a suceder algo esencial para el hacerse obra de esta obra: la aparición y la desaparición alternada de las líneas –esas pequeñas t de metal recubiertas de pigmento-.
Pero como no se trata de una sola línea de metal sino de muchas, colocadas sobre el soporte previamente tramado, aquella alternancia entre aparecer y desaparecer se multiplica irregular e indefinidamente y entonces son muchas las formas lineales que aparecen al mismo instante en que otras desaparecen, generando simultáneamente salientes y brechas ante nuestra mirada. Y toda esa apariencia de irregularidad existe para lo visible aunque los elementos constituyentes hayan sido construidos con elementos muy físicos y desde una muy razonada estructuración (líneas pintadas, metales superpuestos).
Tanto los elementos más tangibles actuando en la obra, como también la capacidad del artista de extraer de ellos diversas potencialidades y resonancias, van a constituir el concepto heideggeriano de tierra en su análisis del origen de las obras de arte. 
Así, más allá de aquellos elementos básicos –madera, pintura acrílica, metal- la tierra va a ir también mostrando otras densidades, otro espesor, otra reverberación, algo que podríamos llamar, con Heidegger, una profundidad de la materia, pues ésta a la vez se oculta y resiste, se niega y se da. Podemos decir entonces que Soto agregó, a los materiales iniciales, resonancias nuevas, surgidas del modo peculiar en que él experimenta y compone, es decir, pone juntas unas partes con las otras, estableciendo distancias y diferencias entre una y otra línea y propiciando así ciertas percepciones en el espectador. 
Podríamos decir entonces que si acrílico, madera y metal son lo más físico y evidente de la tierra en la obra Tes, los elementos más profundos de esa tierra –y que Soto extrae magistralmente de ellos- son: el movimiento, el cambio, la sucesión, la aparición alternada con la desaparición, la luz coexistiendo con la sombra, la vibración –situaciones que logra por la composición de los elementos y por el inducido movimiento del espectador, algo que va a ser capital en este lenguaje-.
Así, si el artista utiliza las características corpóreas -el brillo del metal, la transparencia del plexiglás, el color de los pigmentos-, extrae de ellas sus posibilidades más incorpóreas. Y creemos que, de modo más general frente a la trayectoria de Soto, es precisamente esa fuerza desmaterializadora su mayor maestría. 
Por ejemplo en relación a la luz, elemento nuclear en Soto, si él se inserta en la tradición de la luz que constituye, también lo hace en la -más moderna y ruptural- tradición de la luz que lleva al ocultamiento y al desaparecer. Su obra es, más aun, tanto deudora como creadora en ambos modos del arte. Este artista produce entonces dos movimientos en la luz: la construcción de la forma, pero también el juego a su disolución.
Cito a continuación un fragmento del diálogo que sostuvimos en 1988:
“MER- Hablemos de la luz. Si en la pintura y en la escultura, durante siglos, la luz se localizaba: adelante, por toques, para marcar los salientes volúmenes, atrás como fondo-cielo, la modernidad en cambio extiende la luz a toda la imagen y, por otra parte, la concentra como superficie bidimensional.
En sus obras Tes blancas, siento que la luz entra como por brechas, por aberturas finísimas, por líneas ambiguas, aberturas que se van convirtiendo en la obra misma. La luz no es para poner énfasis en el volumen, sino para la ruptura de todo volumen. Malevich está (pero vibrante) en las Tes blancas.
JS- La interpretación sobre las Tes es muy acertada. Es posiblemente en esas obras donde mi pasión por la desmaterialización encuentra ejemplos más certeros. Cuando vemos un cuadro de Tes blancas (o de cualquier otro color), siempre habrá un trozo del cuadro que desaparece ante nuestros movimientos. Por otra parte, ningún otro observador, por más cerca que se encuentre de usted, observará el mismo fenómeno en el mismo sitio. ¡Cuántas veces no he llegado a mi taller y he creído por un momento que faltan tes en alguna parte! Un científico en una oportunidad asoció este hecho con el principio de incertidumbre. Estas son intuiciones que los artistas tenemos. En nuestro caso toda la investigación es a través del arte. Las Tes blancas, además de evidenciar ese problema luminoso que usted señala, evidencian también la imposibilidad de atrapar simultáneamente la totalidad de la obra”.
Se trata de un proceso afín a la idea de ocultamiento patentizador, en Heidegger. Un aparente oxímoron, por cierto, que el arte de Soto realiza espléndidamente en sus Tes, con un ocultar que a la vez hace ver. Frente a la pregunta, más filosófica, por el ser que se revela en una obra, podríamos responder que el ser de estas obras es el aparecer y el desaparecer mismos. O, más preciso aún, es el permanente e indetenible aparecer-desapareciendo y desaparecer-apareciendo. 
La obra de Soto integra los rigores de un lenguaje formalizador con distintos modos de fragilización; conjuga el rigor constructivo, la estructura, con la apertura de las formas, la fluidez, la reverberación; reúne los rigores lineales de la geometría con la dinámica fenomenológica de los cuerpos humanos transitando dentro de sus Penetrables.
Si bien Soto nunca logró alcanzar la idea pura que estaba en sus aspiraciones más caras, tal obsesión conceptual por la desaparición del objeto fue enriqueciendo sus invenciones –sensorialmente, y no solo conceptualmente-, a la vez que fue dando dimensión y profundidad a sus investigaciones.
Y si la idea pura no se alcanzó en tanto la deseada desaparición del objeto, sí se logró que este deseo encarnara en formas visuales leves, plenas como hemos visto de analogías y metáforas con lo inmaterial. Integrando además el cambio dinámico, Soto produce lo que hemos llamado en otro momento una casi estable inestabilidad.
Así, abstracta, conceptual, esta obra -material y a la vez desmaterializada- se muestra en el “esplendor de lo sensible” (como quería el pensamiento antiguo sobre el ser mismo del arte). 
Hay que decir que una obra que trascienda, además de revelar la profundidad de la materia (en tanto esa tierra a la manera heideggeriana que hemos visto antes) hace aún más: recibe mundo, ofrece mundo, tiene y mantiene mundo. Dice el filósofo: “El establecimiento de un mundo y la hechura de la tierra son dos rasgos esenciales en el ser-obra de la obra”. En ese mundo están las relaciones de la obra de Soto con lo que la antecede, le coexiste, la trasciende: con el universo físico que mueve su interés como indagador sensible -y así con las ciencias físicas y naturales-, o con la filosofía de la ciencia que toma distancia de aquel universo y lo piensa-. 
También la historia del arte forma parte, y privilegiadamente, de ese mundo que le llega al artista. Así, está aquí también el artista-heredero, el que recibe del arte que le es previo, tanto en su siglo como en siglos anteriores, pues Soto puso atención a las pinturas rupestres de Altamira, a las estructuras internas de las pinturas del Renacimiento, a Giorgone, a la luz de los pintores holandeses, a los aportes de Cézanne, Mondrian, Malevich.
Vale recordar que Soto se consideraba a sí mismo un eslabón de la cadena. Quería indagar el estado al que el arte había llegado en su tiempo, pero quería sobre todo hacerlo avanzar hacia futuro. Así, en tanto eslabón, este heredero también da a heredar, pues el verdadero artista tanto recibe como da mundo. Dice Heidegger: “al ser obra de la obra pertenece el establecimiento de un mundo”. 
Aquel mundo de la cultura visual que le viene del arte y de su historia es –para decirlo en términos de Ferdinand de Saussure- la “lengua” heredada, que luego va el artista a reunir con su “habla” personal para producir la novedad de su propio “lenguaje”, como mundo nuevo. Y si en cualquier buen artista todo lo anterior tiene pertinencia, más aun en alguien que ha sido, como Soto, uno de los fundadores de un movimiento esencial de las vanguardias del siglo XX, el cinetismo. 
Mundo implica entonces lo que llega a esta obra como conocimiento general, como conocimiento especializado, como adquisición de saberes extra-artísticos (en el caso de Soto las ciencias, la matemática, la filosofía, la música, lo que le llega por las afinidades electivas del artista); por el entorno que lo rodea y lo ha rodeado: los avances tecnológicos de la modernidad, los espacios naturales de su infancia en Guayana, las dinámicas urbanas de su vida adulta, pues naturaleza y urbe han tenido especial peso en el imaginario general del artista. Pero mundo es también lo que la obra propone hacia futuro.
Complejas redes de sentido surgen entonces de las grandes creaciones. O habría tal vez que decirlo a la inversa: las obras llegan a ser grandes mientras más inagotable se nos aparece la red de sentido que las envuelve, y sobre todo la red de sentido que emana de la propia novedad de su existencia. Pero esto es así -y hay que agregarlo en defensa de la naturaleza más general del arte- solo cuando se entretejen hondamente ese mundo (tanto el que viene desde afuera de la obra como el que ella misma crea y deja abierto) y aquella tierra como fundamento material que ha dado base, que resiste, y que –gracias a la peculiaridad de un talento creador- hace a la obra existir de manera única. Es el caso de Jesús Soto: su obra revela profundidades del arte aun manteniendo los enigmas.
María Elena Ramos
Mayo-Junio 2015

Caracas Si Tiene Quien La Dibuje

Muestra Colectiva de Urban Scketchers

En el Ateneo de Caracas.

Inauguración Domingo 19 de Julio de 2015, 11 am


Inauguración de tres exposiciones en la Sala Mendoza
Domingo 19 de julio de 2015 a las 11:00 am. 


Sala principal: Primera exposición individual de los tres artistas ganadores de la pasada edición del Salón Banesco Luis Mata nos presenta la muestra titulada Senza Titolo, Miguel Braceli,  Coreografía de la fuerza, y  Sol Calero, Caracas 2015. Ganadores del Salón Banesco Jóvenes con FIA #17"


En la Librería: Se exhibirá  una serie de platos de cerámica y lienzos de Adrián Pujol en una muestra que lleva por nombre Las alquimias del paisaje.



En el Centro Documental: Se mostrará una selección de material sobre el performance como parte de la programación de la Bienal Internacional de Performance de Caracas BIPCA. 


Sala Mendoza


De la Tradición al Culto Contemporáneo

Exposición Individual de la artista Niurka Canelon 

Sàbado 18 de Julio de 2015, a las 3 pm.

Museo De Arte Afroamericano, San Bernardino, Caracas.

 



NIURKA CANELÓN



DE LA TRADICIÓN AL CULTO CONTEMPORÁNEO


     El Museo de Arte Afroamericano abre sus puertas con regocijo a la artista plástica Niurka Canelón, cuyo extraordinario trabajo artístico hemos descubierto y seguido con gran interés a la hora de valorar y promocionar los nuevos talentos nacionales dentro de las actividades expositivas del museo.
     En esta muestra Niurka nos presenta una serie de piezas que surgen de la inteligencia, creatividad y una excelente factura que establecen relaciones iconográficas y emotivas con los difuntos desde un imaginario social, urbano y popular, los cuales se interrelacionan entre sí de acuerdo a categorizaciones tradicionales que de una forma u otra forma se vinculan con rituales ancestrales, en el caso de Canelón, con los altares, relicarios y escapularios de culto y devoción.
     Al observar las piezas en su totalidad se percibe ese sincretismo muy propio del Caribe que nos caracteriza, asumido por la artista desde procesos socioculturales que entremezclan lo antiguo con lo actual, proponiendo un Culto a los Muertos desde una postura mágico – religiosa llena de cotidianidad y elementos simbólicos trascendentes. En este intercambio se estrechan lazos entre el más acá con el más allá pero con un objetivo liberador, y en el cual podemos vislumbrar los cultos a los difuntos que se han desarrollado en Mesoamérica, el Oriente Medio, África y el Lejano Oriente.
     En tal sentido, en América Latina encontramos otros artistas que han recurrido a lo mágico – religioso para expresarse, es el caso de los cubanos José Bedia y Ana Mendieta. También Charo Oquet de la República Dominicana, Eduard Duval Carrie de Haití; y en Venezuela las destacadas obras religiosas de Luis Alberto Hernández, Mario Abreu, Marta Cabrujas, Javier Level y Miguel Von Dangel, así como de artistas de nueva generación que tienen una excelente y prolífica formación práctica y conceptual a la altura de cualquier otro maestro de la plástica venezolana y extranjera, como es el caso de Hendrik Hidalgo, el cual ha manejado lo sagrado y el sincretismo desde diversos medios creativos y la investigación teórica. Estas referencias resultan fundamentales para ubicar la obra de Niurka Canelón en el contexto plástico nacional e internacional. En su labor, como ella misma lo dice, está presente la idea primordial de ritualizar el acto de morir y consagrar al difunto desde su carácter simbólico celestial y terrenal, de allí que se remite a personajes como Ismael Rivera, Celia Cruz y Pedro Infante para con ello despertar en el espectador sentimientos de aceptación que nacen de conexiones sensibles y sagradas, pues sus altares transforman el momento de la muerte en una fiesta para homenajear a los antepasados y su legado cultural latinoamericano.

Nelson Sánchez- Chapellín
Director del Museo de Arte Afroamericano
Caracas, junio 2015


"Un Zoco en el Secadero Uno" inaugura este próximo domingo 19 de Julio a las 11 am


Quincalla Zoco en la primera de una serie de iniciativas para mostrar el universo de diseño representado y producido por María Fernanda Maragall y Maria Adelina Vera.
Cada fin de semana convocaremos a actividades producidas en conjunto, desde proyecciones hasta mercadillos, mucha energía involucrada.
 




 

Muestra Colectiva Temario Pictórico

Universidad Central de Venezuela

Asociación Venezolana de Artistas Plásticos - Avap Caracas

En el Hall Bibilioteca Central

 

La Biblioteca Central de la Universidad Central de Venezuela - UCV Y la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos - Avap Caracas, fusionaron esfuerzos para consolidar en el espacio expositivo del Hall de dicha biblioteca la colectiva "TEMARIO PICTORICO" para el disfrute de toda la comunidad universitaria y por el próximo día del Bibliotecólogo el 27 de julio de 2015 con relación a esta fecha citamos: El Viernes 23 de julio de 1982 apareció publicado en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela N° 32.522, el Decreto Presidencial N° 1.564, mediante el cual se declara el día 27 de julio de cada año “Día Nacional del Bibliotecólogo y del Archivólogo”. Fuente http://www.infotecarios.com/dia-del-bibliotecologo-en-venezuela-una-historia-por-contar/
Los artistas participantes en este evento son: Dianora Pérez, Gladys Calzadilla, Antonio Nuez, Lucia Ciarcia, Jesús Tarkim Briceño, Amarillo Piña, Frediz Ramírez, Bernardo González, Edwin Díaz, Israel Rojas Sánchez, Mónica Aquezolo y Nancy Urosa.
La muestra estará en el Hall de la Biblioteca Central hasta el 31 de julio de 2015.

 



Individual del Maestro Antonio Nuez 

La Abstracción de la Natura 

Premio AVAP "Armando Reverón 2015

Curaduría Gladys Calzadilla

 

El maestro Antonio Nuez llega a Venezuela en 1955 y queda atrapado por el paisaje venezolano. Su taller se encuentra reducido por la cantidad de cuadros que muestran diversas etapas en las que su obra logró crecimiento a lo largo de su vida artística. Son 51 años de trabajo ininterrumpido.


Maestría entre trazos matéricos, limpios, puros, vigorosos, donde el óleo devela el colorido que el sol descubre ante sus ojos. Su paleta está conformada por la calidez de los naranjas, verdes y amarillos creando paisajes diversos.


El Maestro Antonio Nuez en su taller de Puerta Caracas, Fotografía Gladys Calzadilla

Acota el maestro Antonio Nuez: “Cuando entré al mundo de la pintura, rescaté mi identidad, porque no me sentía identificado con nada de lo que hacía. Las primeras acciones por pintar, más que para transmitir un mensaje, fueron para demostrarme que podía ser pintor.”


Obra del Maestro Antonio Nuez


Logra destreza en la pincelada, el uso del color, la textura y la forma, por su capacidad para observar el paisaje y representarlo lo más cercano posible a la realidad por el captada. Esa fue su investigación desde 1963 hasta 1984 cuando decide fusionar el paisaje y la abstracción.

Como plantea el maestro Victor Hugo Irazabal en su libro de viaje Amazonia Apuntes de la Inmensidad”…No se trata de copiar un trozo de la realidad natural al estilo de los artistas románticos, sino de conectarnos con el sistema armónico de resonancias del medio que nos rodea, descubrir las cualidades psíquicas, los rasgos esenciales, la conmoción infinita, la profundidad misteriosa e insondable del escenario natural y del hombre que lo habita.”



El abstraer momentos efímeros y traducirlos a códigos personales generando un lenguaje durante 51 años, pasando por diversas etapas donde descubre su conexión con la naturaleza que habita la ciudad.



La curadora Gladys Calzadilla opina: "La obra representa la impronta del paisaje que subsiste en la memoria del artífice. La composición está enfocada en la iluminación, develando colores que involucran al espectador con atmósferas de profusa calidez".



Antonio Nuez nace en las Islas Canarias, España, en 1937. En su infancia todo el dinero que conseguía era para comprarse colores; en su adolescencia siente atracción por las artes, pero se dedica de lleno al oficio desde sus 38 años. Su vida íntimamente unida a la pintura transcurre en la parroquia La Pastora, del Municipio Libertador en Caracas, Venezuela; donde a sus 78 años de edad sigue trabajando su obra diariamente.

Reconocimientos: en 1997 alcanza el primer lugar en el Instituto de Artes y Estudios de las Fuerzas Armadas, en 1995 gana la Bienal de Puerto La Cruz, en 1991 obtiene el Primer premio en el Colegio de Ingenieros. Obtiene menciones en varios salones de arte en Caracas, Puerto La Cruz, Maturín, Calabozo, Yaracuy, Guanare, Carúpano, entre otros.
 

Antonio Nuez muestra la abstracción 

de la Naturaleza en la AVAP

El artista presenta una selección de paisajes que reflejan sus estados anímicos y sensaciones. Según sus propias palabras, la luz en él es una constante "cuando aparece el sol estoy activo, alegre, saludable; cuando se nubla me siento apático y triste".

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Las obras de Nuez muestran sus estados de ánimo (Cortesía)
martes 30 de junio de 2015  11:28 AM
Una muestra individual del artista Antonio Nuez, será inaugurada con el título "La Abstracción de la Natura", el sábado 4 de julio a las 11:30 a.m., en la sede de la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos (AVAP), en Caracas, donde permanecerá hasta el 25 de julio como un homenaje a este maestro de las artes plásticas, por su importante trayectoria y aporte a la pintura venezolana.

Bajo la curaduría de Gladys Calzadilla, Antonio Nuez presenta una selección de paisajes que reflejan sus estados anímicos y sensaciones. Según sus propias palabras, la luz en él es una constante "cuando aparece el sol estoy activo, alegre, saludable; cuando se nubla me siento apático y triste", afirma el artista.


Para la curadora de la muestra, la composición en su obra está enfocada en la iluminación, develando colores que involucran al espectador con atmósferas de profusa calidez. Según explica, "sus primeras pinturas, figurativas, representan escenas del entorno del taller de Puerta Caracas en La Pastora y El Junquito. Avanzando en su investigación plástica reduce su paleta a tonos cálidos: amarillos, naranjas, verdes y proporciona texturas aplicando pinceladas  matéricas en alto relieve. En la obra reciente logra atmósferas con pinceladas gestuales y luminosas".


Nacido en Canarias (España) en 1937, y radicado en Venezuela desde 1964, Antonio Nuez se ha dedicado a la pintura desde los 38 años de edad, participando en numerosas muestras y salones de arte en Caracas, Puerto  La Cruz, Maturín, Calabozo, Yaracuy, Guanare y Carúpano. Su obra ha sido reconocida con el primer lugar en el Instituto de Artes y Estudios de las Fuerzas Armadas, primer premio en la Bienal de Puerto La Cruz, y menciones en varios de los salones de artes en los que ha participado. Asimismo, recientemente le fue otorgado el Premio  Avap "Armando  Reverón" 2015. 


El público tendrá la oportunidad de apreciar la obra de este artista del 4 al 25 de julio, en la sede de la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos (AVAP), ubicada en la calle Armando Reverón, Quinta AVAP, La Campiña, Caracas. La entrada es libre.


LOS PAISAJES SUTILES DE ANTONIO NUEZ

PERAN ERMINY

Las salas de la AVAP, que parecen recobrar vitalidad (y un poco de legitimidad) con las múltiples actividades que viene desarrollando últimamente, como sus exposiciones, talleres y foros; no están destinadas a promover sólo a los artistas valiosos, jóvenes o no, que sean poco conocidos, o que no estén consagrados por el reconocimiento público de nuestros medios culturales.
También se exponen en la AVAP las obras de artistas veteranos, de alto nivel de calidad, como es el caso de la actual exposición de pinturas de ANTONIO NUEZ, quien es uno de los mejores paisajista del país, cuya pintura, muy personal y de atmósferas cromática finísimas, no ha recibido aún, paradójicamente, el reconocimiento que indudablemente merece desde hace varias décadas.
Aunque sí ha obtenido algunos premios y distinciones, como en la bienal de Puerto la Cruz y el Salón Juan Lovera, de Caracas, pero no en los grandes salones consagratorios.
Pero, si ANTONIO NUEZ no ha “triunfado” en el arte, tal vez se deba, en parte, a que nunca fue un arribista, ni oportunista, ni tuvo la ambición y la falta de escrúpulos propia del artista ególatra y envanecido, como suelen ser los “triunfadores”.
Tampoco ha conocido los compromisos y las trampas que se requieren para “salir de abajo”. El nombre de ANTONIO NUEZ no figura en ninguna de las tres ediciones (cada diez años) de los Diccionarios oficiales de las artes plásticas en Venezuela, ni en ninguno de los grandes libros de historia del arte venezolano ( de Boulton, Carlos Silva, Juan calzadilla, Palenzuela, y otros). Y sus obras no están incluídas en la colecciones de nuestros museos.
A pesar de todo eso, sin que nos quede la menor duda, podemos afirmar que ANTONIO NUEZ es un excelente artista, uno de los más apreciables del país. Sus paisajes, de su etapa creadora más madura, desde hace ya unas cuatro décadas, llegan a veces a ser casi abstractos, tienen la virtud de conmover a primera vista, y de profundizar su empatía cada vez que los contemplamos de nuevo. El esplendor de luz crepuscular es de una delicadeza muy sugestiva y fascinante.
Nos honra participar en este homenaje que la AVAP le rinde al maestro ANTONIO NUEZ.




ANTONIO NUEZ: FRAGMENTOS DE NATURALEZA

Gabino Matos
Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA)
Caracas, junio, 2015


“La naturaleza es como un diccionario
onde uno recoge todo aquello
que necesita para expresarse.”

Jean-Jacques Rousseau,
(filósofo)

Antonio Nuez (Canarias, 1937) es uno de esos pintores que construyó su oficio mediante la observación directa, la práctica constante y la inventiva de procedimientos. Desde su niñez, tanto en sus Canarias natal, como en los diferentes lugares de Venezuela donde le ha tocado vivir, las hierbas verdosas y las difusas siluetas de árboles y montañas, así como las superficies variables y accidentadas de los suelos, le han proporcionado motivos para “construir” su paisajística.
Estas percepciones de la naturaleza se fueron anidando en su mente para luego, con el tiempo y una práctica constante del oficio pictórico, fueron dando forma y estilo a una obra plástica singular. En las obras de Antonio Nuez se fusiona la luz y el color, la forma y el detalle, lo próximo y lo lejano en una representación de la naturaleza donde se integran la soledad infinita y silenciosa de un paisaje con el sutil y sinuoso movimiento de hierbas que parecen agitarse tímidamente. Las formas de árboles, relieves, montañas, caminos, recreadas en siluetas de contornos imprecisos, se instalan en una armónica colorística de tonalidades verde amarillentas.
La pincelada corta y grumosa, el pigmento espeso y la lumínica tonalidad de colores análogos complementan la “personalidad” de cada cuadro.
Son obras que necesitan disfrutarse desde cierta distancia para adentrarse en su espacialidad, para captar el sentido de soledad y silencio y para comprender como unas formas dibujadas con texturas coloreadas, ofrecen una original forma de representación paisajística. Esta etapa reciente en la pintura de Antonio Nuez, ampliamente conocida en bienales, salones de arte y exposiciones diversas, hacen de este paisajista uno de los de mayor inventiva.
Esta exposición retrospectiva, que merecidamente le ofrece la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos (AVAP-Caracas), muestra un balance integrador de los diferentes momentos, temáticas y procedimientos que el quehacer pictórico de Antonio Nuez, iniciado a los 38 años de edad, y después de haber desarrollado actividades laborales diversas en Venezuela.

La obra plástica de Antonio Nuez es, pues, declaradamente paisajista deja registrado, como en una suerte de diccionario particular, aquellos elementos,  motivos y efectos que la naturaleza le ha proporcionado para expresarse como un pintor que ha contribuido a mantener viva la larga tradición paisajística que caracteriza las artes plásticas venezolanas.

Ángel Marcano "Reliquias personales" en dibujos tridimensionales 

Ganó el VII Salón de Jóvenes con FIA en 2004 y ahora expone en la Galería D'Museo en Los Galpones

 
Resultado de los registros fotográficos que captura en sus viajes. Ciervos, gárgolas, felinos, dragones o cualquier otra figura que haya visto en plazas o en fachadas son el elemento de partida de sus piezas escultóricas. 
El uso de alambres ha sido una constante en la creación de su fauna particular. Marcano recolecta imágenes de animales que luego transforma en objetos de pequeño y mediano formato. Como los colibríes que con frecuencia se posan sobre la ventana de su casa en Sabana Grande, que terminaron multiplicados sobre una de las paredes de la galería en la única obra que no es monocromática en esta muestra.
"Me apropio de figuras, les tomo fotos y luego las transformo en dibujos. La trama va cambiando en cada una de las piezas, mezclo lo lineal con el tejido, siempre buscando acercarme a la estética de la belleza", explica el artista. 

A juicio de la investigadora de artes visuales Susana Benko, la incidencia de la luz ha sido fundamental en sus tres individuales anteriores: Molduras y soportes (2008); Mis planas (2009) y Animal(2013). La diferencia está en que en esta oportunidad hay un juego de sombras que le otorga a las piezas una presencia importante por el cambio de escala en la representación de cada animal. "Son dibujos tridimensionales, algunos con color, otros bañados en oro o níquel, acordes a las técnicas que, como orfebre, este artista también domina. La laboriosidad técnica casi preciosista de las piezas no opaca su voluntad de rescatar mediante la proyección de las sombras la condición escultórica y volumétrica de las figuras, así como la condición de ornamento arquitectónico que algunas de ellas presentan", señala Benko. 
Las figuras de Ángel Marcano han evolucionado desde que ganó con sus "planas" el VII Salón Cantv Jóvenes con FIA en 2004. "No he dejado las palabras. Las sigo recolectando, como los otros elementos que integran mis obras. Si hay alguna frase que me atrapa, suelo dibujarla con alambre. Pero me la quedo, no la muestro". 
 

"Paradoja Roja" de Marian Ichaso

"Cuerpo fugaz" de Isabela Muci

Galería La Ventana Artkao. Los Galpones.





Lugar: G-10, Galería La Ventana-Artkao, Centro de Arte Los Galpones
Horario de la galería: Lunes a Sábado de 10:00 am a 5:00 pm y Domingos de 11:00 am a 4:00 pm
Teléfonos: 0212-3277674 / 0416-0123812

"Diván" de Carolina Muñoz 

Galería El Anexo/ Arte Contemporáneo

 

"En Círculo" de Ben Abounassif

Parenthesis Arte Contemporáneo


horario: de 11:00 am. a 4:00 pm.
Lugar: Galería Parenthesis (G-12) - Centro de Arte Los Galpones

Hasta el 09 de agosto 2015

Ricardo Gómez Pérez 

muestra individual “Recorridos Habituales”

Beatriz Gil Galería

Curaduría de Ruth Auerbach.


Muestra de Ricardo Gómez Pérez llega a  Beatriz Gil Galería
Ricardo Gómez Pérez



El repertorio visual que muestra Gómez Pérez desafía la relación y la proximidad de géneros

Con una propuesta desarrollada a través de un teléfono celular, presentará su nuevo trabajo fotográfico el artista venezolano Ricardo Gómez Pérez en una muestra individual, que bajo el título “Recorridos Habituales”, ocupará la Sala 2 de Beatriz Gil Galería desde el domingo 28 de junio a las 11:00 a.m. hasta el 09 de agosto, bajo la curaduría de Ruth Auerbach.

Son un total de 44 imágenes agrupadas en tres series –Botánica, Objetos y Urbe– las que componen esta muestra en la que Gómez Pérez, a juicio de Auerbach, “avanza hacia una indagación fotográfica cuya fortaleza se ejerce desde la versatilidad del medio, afianzando las estrategias híbridas e impuras que propone la fotografía contemporánea”.

El trabajo de este artista, reconocido a lo largo de más de cuatro décadas de amplia trayectoria a partir de sus series de personajes públicos, paisajes urbanos, desnudos y niños, desarrolladas con equipos tradicionales tanto en Venezuela y Europa como en Latinoamérica y los Estados Unidos; se vale ahora de las posibilidades y enorme capacidad de inmediatez de la fotografía móvil como herramienta de trabajo, e ingresa en la práctica de lo que se ha dado por llamar iPhoneografía.

“Fotografía compulsivamente todo aquello que percibe: formas y motivos inesperados que capta para levantar una suerte de bitácora o imaginario iconográfico, que no es otra cosa que fragmentos de una biografía y el discurrir de una mirada voyerista por los diversos escenarios de su entorno”, afirma la curadora Ruth Auerbach, “su mirada capta aspectos y materialidades o formas comunes –casi triviales– de la cotidianidad urbana y doméstica, reuniendo y codificando un repertorio de argumentos temáticos que exploran y construyen series diferenciadas: los objetos materiales, la naturaleza botánica, y las abstracciones arquitectónicas, concebidas con la mínima intervención”.

De acuerdo a la experta, el repertorio visual que muestra Gómez Pérez “desafía la relación y la proximidad de géneros: los objetos encontrados en su recorrido por los lugares habituales –la calle o el parque–, fragmentos de una vegetación descartada y anónima, así como también de cuerpos caídos, elementos inesperados, precarios y fugaces que se relacionan con los volúmenes y espacios que habitan la urbe. En ese ir y venir, a veces deambulando sin rumbo, otras recorriendo las rutas de su andar cotidiano, descubre los argumentos visuales que definen sus imágenes”.

La exposición “Recorridos Habituales” de Ricardo Gómez Pérez realizada con el apoyo de el Archivo Fotografía Urbana y la empresa Photomatón,  podrá ser visitada del 28 de junio al 09 de agosto, en Beatriz Gil Galería, ubicada en la Calle California con Calle Jalisco, en Las Mercedes; en horario de lunes a viernes de 10:00 a.m. a 7:00 p.m., sábados de 10:00 a.m. a 4:00 p.m., y domingos de 11:00 a.m. a 2:00 p.m. La entrada es libre.

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